Un acontecimiento
Les sugiero que vuelvan a los posts inmediatamente anteriores para seguir el recorrido que planteo respecto del síntoma en la enseñanza de Jacques Lacan.
No es un camino fácil y mi intención no es agotar el tema con dos o tres definiciones; sino solo intento aportar un programa de estudio si se quiere.
Esta vez hablaré de un nuevo modelo de síntoma. El síntoma como acontecimiento.
¿Qué paso para que se pase de una clínica basada en la Metáfora Paterna, a lo que en los 70 será que “el Nombre del Padre es un síntoma”?
Parece que se armó un revuelo interesante a partir de esa formulación de Lacan, ya que aquellos que pensaban practicar el psicoanálisis teniendo la garantía del NP, como operador, percibieron que estaban utilizando un síntoma sin saberlo. Es en este mismo momento que aparece la noción de Acontecimiento del cuerpo, en un texto de Lacan dedicado a “Joyce el Sintoma”, donde dice que el síntoma es un suceso del cuerpo, ligado a lo que se tiene.
El síntoma como acontecimiento del cuerpo está estrechamente relacionado con el hecho de tener un cuerpo. Y en tanto se tiene un cuerpo, el hombre tiene síntomas.
En este camino voy a la lección del 21 de enero del 1975, en el Seminario 22, donde Lacan propone un nuevo enfoque del síntoma, a partir de los nudos, que no hace mas que seguir el carozo de la cuestión freudiana. Porque decimos que el síntoma tiene una dimensión simbólica, no es que todo lo anterior del síntoma-mensaje, síntoma – metáfora caduque, el síntoma tiene una dimensión simbólica en tanto da que hablar, dijimos, pero ya incluso desde Freud articula un goce, goce fálico. Y se relaciona, en un besuqueo enigmático, con el inconsciente, que si bien queda por fuera, en una prolongación que ex-iste a los nudos, aun así, hay algo de relación con el síntoma.
Pero a lo que quiero ir es a la novedad de que en el síntoma uno cree ahí. El síntoma como tal implica pensar que cuando alguien consulta cree ahí sin saber muy bien qué quiere decir, pero en principio, cree ahí. El primer paso sería entonces empezar a plantearnos la idea de que si uno cree que el síntoma quiere decir algo, esa ya es una derivación de que en un momento se creyó ahí. No se trata de una creencia que uno puede o no tener, “buena fe”, sino que hay algo en el síntoma…y ese algo es un real. Es así que el síntoma en su producción produce un efecto de creencia, se cree ahí.
En el próximo post haré un intento de empezar a comprender algo de este modelo de síntoma como novedad, y para ello voy a apoyarme en un testimonio de Mauricio Tarrab, intitulado “Y el soplo se vuelve signo”, para alumbrar un poco el camino.