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Mitos Sexuales

Publicado por Malena

Visualizar un genital no es para toda mujer un estimulante sexual

Mitos Sexuales

La sexualidad humana ha sido y sigue siendo objeto de estudios e investigaciones y aún resulta un verdadero misterio.

El médico psiquiatra que más ahondó sobre este tema fue Sigmund Freud, considerando en esa época que la histeria era una enfermedad que estaba relacionada con la represión inconsciente de la sexualidad.

Sin embargo, no logró desarrollar profundamente una teoría sexual de la mujer sosteniendo que el Complejo de Edipo no es simétrico al de los hombres, porque sólo es posible este vínculo de amor a la madre y hostilidad al padre, en el varón.

Freud señaló la importancia que tiene en el sexo femenino la relación pre-edípica hacia la madre y el significado relevante del falo en los dos sexos, que provoca en la mujer envidia del pene, la que se disiparía con el nacimiento del primer hijo varón.

Este razonamiento explicaría el rechazo inconsciente que sienten las mujeres por los hombres después de tener un hijo.

Jung introduce el concepto de Complejo de Electra, rechazado por Freud por considerar similar la posición de la niña y del niño con respecto a sus padres.

Efectivamente, Jung utiliza esta nueva expresión como idéntica al Complejo de Edipo pero referida a la mujer para mostrar la equidad del comportamiento tanto femenino como masculino en la relación con sus padres.

Electra fue un personaje de la mitología griega. Hija de Agamenón, que era el rey de Argos, convenció a su hermano Orestes para que lo ayudara a matar a su madre Clitemnestra y a su amante Egisto, para vengar el asesinato de su padre perpetrado por ellos. Posteriormente Electra se casa con un amigo de su hermano, Pilades.

La historia de Electra se encuentra en las tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides.

Cada relación íntima de pareja es única e irrepetible y es difícil aún hoy en día establecer patrones.

Se acepta que la mujer tiene una actitud frente a la sexualidad muy diferente al hombre, aunque muchos se esfuercen en mostrar otra cosa.

Es un mito creer que la mujer se excita sexualmente con escenas visuales pornográficas, la exhibición de un hombre desnudo o viendo genitales masculinos y que este estímulo baste para que desee tener una relación sexual.

El estímulo visual en la mujer no es condición suficiente para lograr este objetivo, son otros los sentidos que participan en gran medida en la excitación sexual femenina.

El factor emocional es muy importante para la mujer, a quien le resulta más difícil disociarse para tener una relación sexual sin afecto.

Las mujeres que se dedican a la prostitución no participan en el goce del acto sexual que se reduce para ellas a un trabajo mecánico y a una simple actuación que expresa sensaciones que no sienten.

La explicación más aceptada es que las mujeres tienen sus órganos sexuales en la parte interna del cuerpo, en una zona menos expuesta, mientras que otros adjudican a la educación y a la represión esta condición femenina.

Muchos de los problemas de pareja pasan por el dormitorio y si bien no es todo en una relación es una cuestión tan importante como para determinar el futuro del vínculo.

Creo que la mayor parte de estas dificultades es responsabilidad del hombre que no sabe cómo tratar a una mujer.

El mito de que una mujer es igual al hombre sexualmente hablando, no es más que eso, un mito que habrá que erradicar del imaginario colectivo masculino, para evitar muchos divorcios y separaciones.

La mujer necesita un ambiente adecuado para la intimidad, sugerente, propicio para una relación amorosa y romántica.

El sentido del tacto es el más sensible en la mujer y las zonas eróticas no se limitan a sus partes genitales externas sino que están en todo el cuerpo.

El sentido auditivo cumple una función importante. En algunos casos una palabra de amor puede más que cualquier caricia.

El sentido del olfato participa aunque en la vida moderna se hayan modificado los estímulos.

Los olores naturales del cuerpo hoy en día se tapan con agua y jabón, desodorantes y perfumes, elementos que se han convertido en estimulantes sexuales, preferidos por las mujeres principalmente.