Vamos a conocer la Gerantofobia
Te vamos a hablar en el día de hoy de una nueva fobia que se ha incluido dentro del catálogo de las enfermedades psicológicas de esta nueva generación.
Vamos a hablar de la Gerantofobia o miedo a hacerse viejo, miedo a la vejez.
Quizás sea una fobia que ya existía antes pero la realidad es que en una sociedad en la que cada vez se viven más años y en la que la gente mayor no es tan respetada como en generaciones anteriores a lo que unimos las grandes posibilidades de bienestar para los mas jóvenes, se haya acrecentado este miedo hasta convertirse en una fobia estudiada de la que se conocen sus síntomas, posibles causas y posibles soluciones.
La causa principal es el de la obsesión por la belleza que prima en la sociedad de nuestros tiempos por lo que es fácil entender que se tenga miedo a llegar a una edad, sobre todo en las mujeres, en la que esa belleza de la juventud se va marchitando.
No solo es cuestión de belleza sino que nuestras capacidades físicas y nuestra salud de ve también perjudicada por el paso de los años. En definitiva, la Gerantofobia es el miedo a llegar a la vejez.
Cualquier persona puede sentir incertidumbre, preocupación u otros sentimientos normales a la hora de pensar en la llegada de la vejez. Pero no olvidemos que estamos hablando de una fobia lo que significa que se llega a desarrollar un miedo irracional hacia la vejez hasta el punto de afectar gravemente a nuestro diario vivir y en nuestras relaciones.
Estas personas sienten la típica ansiedad extrema provocada por un miedo irracional que en este caso es a la vejez.
Las personas que sufren Gerantofobia sienten terror por el paso de los años y sus posibles consecuencias como el ser llevado a una residencia de ancianos, ser abandonado por la familia, tener enfermedades y achaques continuamente, la pérdida del vigor y la belleza de la juventud, etc, etc.
Normalmente esta fobia comienza a desarrollarse a partir de los 30 años, momento de la vida en el cual comienzan los primeros cambios que tienen que ver con la edad, las primeras arrugas, la pérdida de pelo, el estado de forma comienza a decrecer, etc y ante estos síntomas o posibiliad de ellos la persona con Gerantofobia comienza a tener ataques de ansiedad típicos de una fobia.
Puede haber varios motivos para crear esta fobia como por ejemplo algún hecho traumático del pasado que habría que identificar para poder empezar un tratamiento y poder solucionar esta fobia.
Los síntomas de la Gerantofobia son típicos de cualquier fobia como por ejemplo sudoración, caída de la presión arterial, temblores, taquicardia, dificultad para respirar, dificultad en el habla, aislamiento, sequedad de boca, dolor de cabeza, etc.
Las personas que sufren de Gerantofobia a pesar de ser conscientes de su problema necesitan ayuda para poder solucionar este problema de forma positiva.
Los tratamientos más eficaces para los problemas de fobias son la terapia cognitivo-conductual, la desensibilización afectiva o la programación neurolingüística (PNL).
Además de los tratamientos mencionados, es fundamental que las personas que padecen Gerantofobia busquen apoyo en su entorno cercano. La comprensión y el apoyo de familiares y amigos pueden ser cruciales para enfrentar y superar esta fobia. Participar en grupos de apoyo donde se compartan experiencias similares puede proporcionar un sentido de comunidad y reducir el sentimiento de aislamiento.
Otra estrategia útil puede ser la práctica de técnicas de relajación y mindfulness. Estas técnicas pueden ayudar a reducir la ansiedad y el estrés asociados con la Gerantofobia, permitiendo a las personas vivir más plenamente en el presente sin preocuparse excesivamente por el futuro.
La educación también juega un papel importante. Informarse sobre el proceso natural de envejecimiento y comprender que es una etapa inevitable de la vida puede ayudar a normalizar los cambios que vienen con la edad. Aceptar que la vejez no necesariamente implica una pérdida total de calidad de vida, sino que puede ser una etapa de sabiduría y nuevas oportunidades, puede cambiar la perspectiva de quienes sufren esta fobia.
Es importante destacar que la Gerantofobia no solo afecta a quienes la padecen, sino también a sus seres queridos. La preocupación constante y el comportamiento evitativo pueden generar tensiones en las relaciones personales. Por ello, es vital que el tratamiento incluya estrategias para mejorar la comunicación y fortalecer las relaciones interpersonales.
Finalmente, es esencial que la sociedad en su conjunto adopte una visión más positiva y respetuosa hacia la vejez. Los medios de comunicación, las políticas públicas y las iniciativas comunitarias pueden desempeñar un papel crucial en la promoción de una imagen más equilibrada y realista del envejecimiento, ayudando a reducir el estigma asociado con la vejez y, por ende, la incidencia de la Gerantofobia.