Flow, fluir.
Todos desearíamos atrapar en el tiempo ese momento en el que estás tan concentrado en algo, dedicándole tu plena atención, que todo lo que está a tu alrededor deja de existir. Incluso, pierdes la noción del tiempo y nada es tan importante como lo que tienes entre manos. Afortunado es aquel que ha experimentado el estado de Flow.
Flow es fluir, un estado positivo de emoción, lleno de placer, de gozo, donde nuestros pensamientos y acciones se desarrollan sucesivamente de manera natural. Sentimos que controlamos nuestro destino lo cual nos produce una enorme satisfacción al mismo tiempo que nos divertimos sin importarnos lo que los demás opinen al respecto. Las acciones nos fluyen como fluye un río por su cauce natural, sin esfuerzo, sin resistencias.
Este es el terreno propicio para que entren en juego nuestras habilidades en su máximo esplendor, puesto que en este estado hacemos lo que en realidad queremos, por tanto, lo percibimos como fácil, llevadero cómodo, plácido, desde un punto de visto subjetivo, individual.
Es lo más parecido a dedicar nuestra vida algo que realmente nos gusta sin que sea para nosotros una carga o sea un simple medio para conseguir un fin. Además, lo más probable es que aquello que nos lleva a un estado de flow se relacione muy directamente con un ámbito de actuación en el que seamos especialmente competentes o tengamos las capacidades adecuada para sacar el máximo rendimiento. Esto es porque nuestro nivel de creatividad aumenta y somos mucho más productivos y eficaces.
Para llegar a este estado, tenemos que decantarnos por alguna actividad que despierte nuestra motivación intrínseca, sin que nos lleve a realizarla de una forma natural y espontánea. En este sentido, es crucial que nos permitamos explorar diversas actividades y pasatiempos, ya que no siempre es evidente cuál será la que nos llevará a experimentar el estado de flow. Podría ser algo tan simple como la jardinería, la pintura, la escritura o incluso la cocina. Lo importante es que sea algo que nos apasione y nos permita sumergirnos completamente en la tarea.
Procura que los objetivos que te marque sean alcanzables y presenten en un nivel mínimo de desafío para ti. Esto no significa que la tarea deba ser fácil. De hecho, los desafíos son una parte esencial del estado de flow. Necesitamos sentir que estamos empujando nuestros límites y creciendo en el proceso. Sin embargo, estos desafíos deben estar dentro de nuestras capacidades para evitar la frustración y el estrés.
Busca un entorno que sea agradable para ti que sea tranquilo, minimizando las posibles distracciones e interrupciones. Un entorno adecuado puede variar de una persona a otra. Algunas personas pueden encontrar su flow en un entorno tranquilo y silencioso, mientras que otras pueden preferir un entorno más animado y estimulante. Lo importante es que te sientas cómodo y puedas concentrarte en la tarea sin distracciones.
El motor que te lleva al estado de flow no es el resultado a alcanzar sino el proceso, la realización de la actividad. Así que no es hasta que terminamos la tarea y analizamos el proceso que hemos llevado a cabo, cuando somos plenamente conscientes del bienestar que nos produce, ya que durante la realización de la actividad toda nuestra atención está volcada en ella, sin disponer de recursos que nos permitan una análisis interno.
Podemos decir que la tarea que nos lleva al estado de flujo probablemente pueda ser definida como una obsesión pero que no sobrepasa el límite patológico sino que es lo suficientemente potente como para activarnos y llevarnos al máximo potencial de nuestra productividad.
Busca algo que te haga feliz y lo más probable es que quedes enganchado porque se producirá una revelación interior por la cual tomarás el control de tu vida y como consecuencia sentirás un bienestar mayor que cuando te dedicas a hacer algo que no te llena personalmente.
Gracias Mihaly Csikszentmihalyi por ponerle palabras a esto que no es más que la búsqueda vital de la felicidad. Y es que, en última instancia, el estado de flow es una forma de autoconocimiento. Nos permite descubrir nuestras verdaderas pasiones y talentos, y nos proporciona una vía para expresarlos y desarrollarlos. Así, el flow no solo nos lleva a la felicidad, sino que también nos permite vivir una vida más auténtica y plena.