Psicología
Inicio General, Motivación, Psicología del diseño La creación como expresión del mundo interno.

La creación como expresión del mundo interno.

Publicado por Lic. Maria V.

¿Por qué consideramos que los procesos creativos pueden tener una función terapéutica? Esta idea parte de la premisa de que todo lo que creamos es expresión de nuestro mundo interno.

Nada de lo que surja de la creación espontánea es azaroso, sino que tiene algo para decir sobre el sujeto que la lleva a cabo. En muchos casos la creación puede emerger incluso sin que el sujeto se perciba como agente de ella, sino como un mero intermediario, como muchos artistas consignaron.

Podemos decir entonces que aquello que adviene en el acto creativo nos da información o material desconocido o inconsciente. Nos permite el acceso a algo nuevo, algo que no estaba presente y que, vehiculizado por ese proceso, entra en escena.

¿Qué es lo interesante que esto nos puede aportar? Precisamente el contacto con ese nuevo material y lo que podamos hacer con eso. El material y las asociaciones que surgen de los actos creativos nos permiten indagar en nuestros aspectos profundos y comprender más nuestro psiquismo.

A través del arte espontáneo, por ejemplo, posibilitamos que participe de nuestra vida aquello que de otro modo permanecería oculto e inaccesible.

Nos permite hacerle lugar a lo frecuentemente apartado, muchas veces por considerarse nimio, poco importante, incoherente o simplemente por no tener oportunidad de manifestación.

Si consideramos a las producciones artísticas y creativas de esta manera, las vemos como las herramientas de cambio que son.

Si eso que se vuelca artísticamente es una manifestación del estado interno de la persona, eso significa que si trabajamos sobre ese material, lo concientizamos, lo llevamos a la terapia, esto puede modificar o transformar ese estado interno.

Pero incluso aunque no trabajemos en el marco de una terapia el material, ya en el mismo hacer creativo hay un proceso  terapéutico en juego, en tanto ayuda a tramitar, expresar y metabolizar emociones.

En esa ida y vuelta, en ese vínculo en el que la producción creativa y el proceso mismo se constituyen como mediadores, es que se posibilita la transformación.

Es frecuente escuchar el temor ante la página en blanco. Muchas censuras se ponen en juego en distintos momentos del proceso creativo. Y sin duda con gran frecuencia antes de iniciarlo.

Si pensamos en esta idea del hacer creativo como expresión de uno mismo, entendemos aún más las resistencias.

La expresión puede permitir que emerja algo con lo que no queremos encontrarnos, algo desagradable, incierto…Es un área donde no podemos tener el control, la creación nos sorprende y tenemos que poder estar dispuestos a esa posibilidad.

Lo que creamos nos pertenece, es una representación de quienes somos y cómo percibimos el mundo. Los procesos creativos son procesos psíquicos, que producen cambios en la materialidad pero también en el mundo psicológico y emocional. 

Es muy importante reparar en esto para entender cuál es la asociación entre estas actividades y la salud mental y emocional.

Los procesos creadores son, podríamos decir, intentos de expresión, curación, reparación…puesta en movimiento de la energía psíquica para poder tramitar y transformar la realidad subjetiva.