Los que desean cambiar de carrera
Existen jóvenes que tienen que lidiar con su conflicto entre lo que ellos desean hacer y las expectativas de sus padres sobre su futuro. Estos jóvenes, no siempre cuentan con la fortaleza suficiente como para enfrentar esa disyuntiva para seguir la carrera que les gusta y terminan optando por otra que saben dejará satisfecha a su familia.
Algunos llegan a terminar carreras largas y difíciles aún en contra de su vocación y luego que tienen el título, toman el camino que les interesa; otros se debaten en la indecisión cuando están cursando y deciden abandonar, para finalmente orientarse según sus deseos, contra viento y marea.
En otros casos el cambio de carrera es sólo una cuestión personal, una lucha interior entre dos o tres opciones igualmente atractivas, o bien la duda pasa por tener ideas erradas sobre lo que significan estas carreras, por falta de información, o por poco conocimiento sobre sus propios intereses y motivaciones.
Cada año, en el Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires, alrededor de diez mil alumnos cambian de carreras.
No todos los jóvenes tienen la misma facilidad para tomar la decisión de elegir una carrera y renunciar a todas las demás opciones que también le interesan, porque la realidad actual en las grandes ciudades los pone frente a un abanico demasiado amplio de posibilidades difíciles de descartar.
Otra cuestión es la idealización de la vida universitaria, cuando es comparada con el ciclo secundario. La vida en la Universidad es distinta, los estudiantes ya son mayores, muchos trabajan y no siempre se comparten los mismos compañeros en todas las materias, obligando a los que ingresan a aprender a enfrentar situaciones nuevas a cada momento y a conectarse con personas diferentes.
Los profesores titulares de cátedra no dictan apuntes, se limitan a dar clases sin esperar a que los alumnos tomen notas, de modo que hay que aprender también a conceptualizar para poder rescatar lo esencial de cada discurso.
De modo que el estudiante debe prestar mucha atención y no faltar a las clases, porque los profesores no reiteran lo que ya han dado anteriormente y cada uno deberá asumir la responsabilidad de la marcha de sus estudios.
A veces los estudiantes confunden materias con carreras. Las materias son los medios para llegar a un fin y las carreras son fines en si mismas.
En general, todas las carreras tienen en sus planes de estudio las materias básicas. Por ejemplo, matemáticas y estadística suelen estar presentes en casi todas las carreras. La diferencia es que cada carrera se especializa específicamente en un área de estudio, que exige estudiar con más profundidad las materias que se relacionan.
Estar lejos de la familia y solo puede confundir a un estudiante, desalentarlo e impulsarlo a cambiar de carrera. Hay que tratar de discriminar en esos casos, si se trata de falta de vocación o de falta de adaptación social a la vida independiente.
Otros se pueden sentir agobiados por los viajes de ida y vuelta a la Universidad y también por las propias exigencias o por las exigencias de los profesores.
Es importante, cuando se tienen dudas sobre la carrera que eligieron, volver a hacerse las preguntas básicas sobre qué es lo que cada uno quiere para si mismo, cómo quieren verse en el futuro, dónde se imaginan trabajando y qué estilo de vida desean tener.
El fracaso en un examen no es un indicador confiable que determine que la carrera que eligieron no es la adecuada, porque el aprendizaje a veces, es una sucesión de avances y retrocesos, que resultan necesarios y útiles para aprender el ritmo y la dinámica de los estudios universitarios.
Lo que no hay que olvidar es que todos los cambios en la vida son experiencias para aprender y que de nada vale quedar bloqueado por la frustración, porque a nivel universitario todo lo que aprendemos es útil también para otras disciplinas y hay materias que pueden ser comunes aún en carreras diferentes.
En general, la mayor parte de los estudiantes se puede sentir algo defraudada al iniciar una carrera universitaria, pero a medida que se avanza en el proceso y que se adquiere experiencia, se suelen confirmar las elecciones de la mayoría.