El superyó después de Freud
En la enseñanza de Jacques Lacan, podemos decir, la cuestión del superyó es un enigma.
Es bien conocida la crítica a la teoría del yo que en lo primeros años de su enseñanza hace Lacan; pero en lo que hace al superyó, a la función del superyó es necesario hacer algunos rodeos.
J-A Miller me servirá esta vez de referencia, en una conferencia dicatada en Buenos Aires, en 1981, luego de la muerte de Jacques Lacan.
Dice Miller que curiosamente si bien en el texto freudiano de «El yo y el ello» el superyó no está anunciado, es sin embargo un punto crucial de la segunda tópica de la obra de Freud.
Esta noción de superyó fue dejada de lado por los posfreudianos, que decidieron centrarse en el Yo. Toda esa escuela fue desarrollando una teoría de la psicología del yo, que es hoy el fundamento de lo que en los Estados Unidos hoy se llama psicoanálisis.
Heinz Hartmann es uno de los precursores de la psicología del yo, que en la reformulación de la teoría freudiana que llevó a cabo, se centra en el Yo, elidiendo la cuestión del superyó, operando en el superyó un vaciamiento en cuanto a su función, y atribuyéndosela al Yo.
Es decir, las funciones que Freud le da al superyó, tanto Hartmann como Lowesntein se las transfieren directamente al Yo, como por ejemplo la función de «autoobservación». Y dejan de lado esa instancia superyoica porque no la necesitaban, ya que es el Yo al que portan de todas las funciones de defensa contra las pulsiones.
El esfuerzo teórico de Hartmann y Lowenstein (bases teóricas que aún se sotienen en EE.UU) fue mostrar que ya está en el yo la función del superyó.
Respecto del superyó en Freud, hay una fórmula -que es harto conocida y aparece en todas las referencias respecto a este tema- que dice que el superyó es el heredero del Complejo de Edipo. Así que teniéndola en cuenta, decimos que el superyó tiene un origen claro: es efecto del Complejo de Edipo, es decir, luego de su declinación. Ahí surge.
Ahora bien ¿cómo compatibilizar esta fórmula con la que tenemos de Melanie Klein, la del origen precoz del superyó?
Ese fue todo un debate en la historia del psicoanálisis.
Ernst Jones respecto de tal debate, intentó conjugar ambas fórmulas, a pesar de ser incompatibles, y lo que hizo fue entonces agregarle a la fórmula freudiana (el superyó es heredero del Complejo de Edipo) esa «agresividad pregenital» que caracteriza al superyó en su formación definitiva.
Así, Jones termina diciendo que la resolución edípica implica un proceso en el cual los componentes sádicos se van integrando en el superyó definitivo, haciendo sí converger la teoría freudiana.
Dice Miller que tanto Hartmann como Lowenstein creen ser estructuralistas, en tanto operaron una concepción del superyó como un sistema, oponiendo su teoría al evolucionismo genético de Melanie Klein.
Siempre es importante volver a los postfreudianos, ya que son los que nos muestran los puntos de dificultad de la teoría freudiana.
Lacan, como un postfreudiano más, ha hecho un esfuerzo también en sacar a la luz esta instancia que fue relegada y a favor del Yo.
Seguiremos en el siguiente post con este tema.