Demanda pura
En el apartado IV de «La dirección de la cura…», de Jacques Lacan, tenemos la definición más clásica respecto del amor, la de que el amor es dar lo que no se tiene: dar la falta. Es muy fácil dar lo que se tiene, por eso pocas veces funciona como signo de amor eso… Esa transferencia primaria tiene que ver con la primera demanda al Otro: demanda de amor.
Entonces, la demanda es insaciable en ese punto, porque siempre se espera que se nos de… Y el analista no debe responder ahí, dice Lacan; o responder con la falta. Es eso lo que se paga, lo que no se da…
Y nos advierte que aunque esa demanda sea de nada, intransitiva, no significa que no sea pura. Por eso Freud dice que el amor de transferencia, es amor al fin y al cabo, la cuestión es cómo actuar ahí, cuál tiene que ver con la acción analítica.
Bien, la presencia del analista, que tiene que ver por un lado con esa escucha de la que hablaba en el post anterior; y por otro, con la palabra con la que debe pagar. Pero la técnica, la interpretación será limitada, en el sentido de que primero la transferencia, para que la palabra del analista tenga su presencia.
Si el analista calla, dice Lacan respondiendo a la crítica de sus colegas, es justamente para que aparezca el significante del deseo, la falta.
Aquí empieza lo interesante… al menos en mi lectura.
Lacan nos recuerda la noción identificación primaria, esa primera identificación al Otro, al significante del Otro, la que se da en vuelve la omnipotencia materna: ese Otro completo, de ahí la omnipotencia: el Otro materno puedo no dar de mamar… Mínimamente en cuanto a las satisfacciones primarias, en el sentido de las necesidades básicas de supervivencia se necesita de otro que en este sentido se vuelve omnipotente, es ese Otro primordial del que dependerá no solo eso,sino también el que filtrará esas necesidades, les dará otra forma, el niño llora, la madre interpreta: tiene hambre, o tiene cólicos, o quiere teta, o tiene sueño… Son esas significaciones de la demanda que va más allá de ser quien satisface o no las necesidades, Otro simbólico S (A barrado). De ahí, las necesidades se vuelven significantes, y entra en la dimensión del lenguaje, del Otro, del inconsciente… Dice Lacan, en su doble registro, de metáfora y metonimia: los dos mecanismos del lenguaje que Lacan aplica al inconsciente.
Sostiene aquí Lacan, que en ultima instancia, el lenguaje, aunque no lo cubre todo es lo que permite estructurar los vínculos sociales, los discursos. De hecho el discurso está hecho de lenguaje, más el real en juego… Aquí ya Lacan es como que va diciendo algo de esto, de que a pesar de que lo simbólico ordena los otros registros, no cubre toda la experiencia…
Es ahí, en esa sustitución, en esa metáfora, se sustituyen las necesidades por el significante de deseo…y ahí ubica al Superyó…pero no me meteré con el tema del superyó es todo un camino a recorrer este concepto en psicoanálisis. Los remito a posts anteriores en relación al Superyó y su desarrollo en Freud y Lacan.
FUENTE: LACAN, J «La dirección de la cura y los principios de su poder»