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Angustia y fantasma

Publicado por Betina Ganim

ser de analista

El Seminario 10 de Lacan, «La Angustia», un seminario imperdible para tratar de entender la noción de objeto propia de Jacques Lacan.

Él se propone entre 1962-1963, hablar en su seminario sobre la angustia. ël empoieza contando que un allegado le había hecho la apreciación de que el tema de la angustia no parecía dar mucho de sí como para dar un seminario. Claro, Lacan se pone manos a la obra, y decide demostrarle a este interlocutor todo lo contrario.

En principio, Lacan considera que a partir de este tema, se podrá relacionar todo su discurso anterior (10 años de enseñanza nada menos…) Promete, de alguna manera, que a partir de este seminario se entenderán o articularán mejor algunos términos propuestos por él mismo en años y seminarios anteriores.

Así que al parecer, es un seminario que, de alguna manera, «promete». Si hablamos de angustia, decimos que ésta tiene una estructura, que es la misma que la del fantasma.

Poniendo manos a la obra, Lacan escribe algunas cosas en la pizarra, y el famoso grafo del deseo -cosa que se disculpa en seguir usando, pero no duda en decir que es cada vez más eficaz como referencia. Y se pregunta y pregunta a sus oyentes, si la angustia del analista es la misma que la angustia del paciente. Porque parece ser, por el comentario que recibe de su allegado, que la angustia no preocupa a los analistas, pero, dice Lacan, que el analista no está excento de esa angustia; el tema es la comunicación de la misma…Y que es evidente que los analistas que recién comienzan su práctica suelan angustiarse en las relaciones con sus pacientes.

Ya en unas Jornadas anteriores, Lacan se había referido (dejándo el tema en suspenso en aquel momento) a una fórmula que adelantó, que indica la relación de la angustia con el deseo del Otro. Hete aquí la fábula que cuenta Lacan ante aquel público, les hace imaginarlo con una máscara de una mantis religiosa, y frente a otro animal (de verdad) una mantis religiosa. Lacan no sabía qué mascara llevaba, por lo que esperaba que no fuera impropia y que el animal que tenía delante, lo confundiera… Lo que lo hací aun más complicado, es que él veía su imagen en el ojo de la mantis religiosa que tenía frente así. Inquietante…

Es que justamente esa metáfora tiene todo su valor respecto de la angustia, y justifica la pregunta «¿Che vuoi?» «¿Qué quieres? ¿qué me quiere?» «¿Qué me pide?» Es una ambiguedad que admite en francés ese «Che vuoi?» Esta pregunta se mantiene entre dos pisos del grafo del deseo que nos proporciona Lacan, y en ese juego dialéctico que anuda el deseo con la identificación narcisista, introduce la función de la angustia. Es decir, su función es la de orientarnos en términos de los momentos en que aparece esta angustia.

De la investigación psicoanalítica sobre la angustia, Lacan nos transmite una enseñanza clínica primera: ver en qué puntos emerge la angustia en el discurso de un paciente, nos permitirá «modelar» una estructura de la angustia.

LACAN, JACQUES. «LA ANGUSTIA EN LA RED DE LOS SIGNIFICANTES», CLASE I D «EL SEMINARIO, LIBRO 10, LA ANGUSTIA.» CLASE I