Psicología
Inicio Psicoanálisis Causalidad por imágenes

Causalidad por imágenes

Publicado por Betina Ganim

pulsion y deseo

Otra cosa que sorprende del texto de Jacques Lacan (los remito a los dos posts anteriores a éste) es cómo funciona la causalidad por imágenes.

El ESTADIO DEL ESPEJO es un caso particular de los fenómenos de identificación homeomórfica (requiere que el animal se diferencie, se discrimine. Por ejemplo, si la paloma ve a otra paloma parada en un árbol, con otras especies alrededor, el animal discrimina muy bien a qué identificarse…); es un efecto particular de los efectos reales que la imagen tiene en el cuerpo.

Si decimos EFECTOS REALES ya tenemos un Modelo Causal. Un modelo propio del registro imaginario. Es por eso que Lacan no toma la cuestión de lo imaginario partiendo de otras teorías, porque de entrada su interés es el efecto que la imagen tiene sobre lo real.

Además, es importante entender que para Lacan, la imagen no es simplemente una representación visual, sino que es una estructura simbólica que tiene un impacto profundo en la psique del individuo. La imagen es una construcción que se forma a través de la interacción con el mundo exterior y que tiene un efecto directo en cómo nos percibimos a nosotros mismos y cómo nos relacionamos con los demás.

Lacan además de tomar estos ejemplos de la Etología, recurre a la Psicología, específicamente a Köhller, algo que pertenece al orden de la observación psicológica por parte de psicólogos que hacían comparaciones entre el animal y el humano.

Lo interesante es en el texto las palabras que Lacan usa para describir esa experiencia que implica el pasaje del niño por el estadio del espejo.

Una descripción que está hecha en tres tiempos, y a la que hay que prologar con una cosa a tener en cuenta: EL ORGANISMO DEL NIÑO ESTÁ EN UN ESTADO DE INCOORDINACIÓN, DE ABSOLUTA FALTA DE UNIDAD, EFECTO DE LA “PREMATURACIÓN” CON LA QUE ESTA ESPECIE VIENE AL MUNDO. EL CUERPO DEL NIÑO ES UN CAOS.

Este caos, sin embargo, no es un estado permanente. A medida que el niño crece y se desarrolla, comienza a formarse una imagen de sí mismo a través de sus interacciones con el mundo exterior. Esta imagen es una construcción, una representación de sí mismo que se forma a través de la interacción con el mundo exterior.

AHORA BIEN, LOS TIEMPOS EN QUE LACAN DESCRIBE ESA OBSERVACIÓN ES:

Tiempo 1: EL NIÑO RECOCOE SU IMAGEN EN EL ESPEJO EN UN GESTO QUE ES UNA ESPECIE DE SORPRESA: UNA MÍMICA ILUMINANTE, DICE LACAN. ESTE MOMENTO ES ENTONCES: VISIÓN Y RECONOCIMIENTO. QUEDA CAPTURADO POR LA IMAGEN (LOS FENÓMENOS DE ENAMORAMIENTO TIENEN ESTE MODELO, EL AMOR A PRIMERA VISTA… EN RELACIÓN A LOS FENÓMENOS DEL ENAMORAMIENTO RESPONDEN A ESTE “LA VÍ, Y ME ENAMORÉ…” ESOS MOMENTOS DE CAPTURA. NO SE TRATA DE UN ACTO INTELECTUAL EN ESE RECONOCIMIENTO, ES LA INMEDIATEZ MISMA.

Tiempo 2: “EL AJETREO JUBILOSO”, TOMANDO LAS PALABRAS DE LACAN: LA VISIÓN DE ESA IMAGEN REBOTA EN EL NIÑO EN UNA SERIE DE GESTOS EN LOS QUE EXPERIMENTA LÚDICAMENTE LA RELACIÓN DE LOS MOVIMIENTOS ASUMIDOS DE LA IMAGEN CON SU MEDIO AMBIENTE REFLEJADO”. MÁS ADELANTE, REFIRIÉNDOSE A ESTE MISMO MOMENTO DIRÁ : “…A PESAR DEL ESTORBO DE ALGÚN SOSTÉN HUMANO O ARTIFICIAL (ANDADERAS) SUPERA EN UN JUBILOSO AJETREO LAS TRABAS DE ESE APOYO PARA SUSPENDER SU ACTITUD EN UNA POSTURA MÁS O MENOS INCLINADA, Y CONSEGUIR, PARA FIJARLO, UN ASPECTO INSTANTÁNEO DE LA IMAGEN”

ENTONCES, ESE SEGUNDO TIEMPO, ES QUE –DESPUÉS DE LA VISIÓN Y EL RECONOCIMIENTO DE LA IMAGEN EN EL ESPEJO- EN EL NIÑO HAY UNA SERIE DE MOVIMIENTOS…UNA EXPERIENCIA DE GOCE QUE PODEMOS CARACTERIZAR DE NARCISISTA. ESA EXPERIENCIA DE GOZOSA SATISFACCIÓN QUE EXPERIMENTA EL NIÑO AL ASUMIR ESA IMAGEN.

Tiempo 3: EL NIÑO TRATA DE FIJAR, DE CONGELAR ESA IMAGEN EN EL INSTANTE MÁS LOGRADO. COMO CUANDO UNO PUBLICA UNA FOTO SUYA EN EL FACEBOOK… O CUANDO NOS ARREGLAMOS FRENTE AL ESPEJO, TRATANDO DE BUSCAR LA IMAGEN PERFECTA, LA QUE MEJOR NOS REPRESENTE.

Este proceso de fijación de la imagen es crucial para la formación de la identidad del individuo. A través de este proceso, el individuo se apropia de la imagen y la integra en su sentido de sí mismo. Esta imagen se convierte en una parte integral de su identidad, una representación de cómo se ve a sí mismo y cómo desea ser visto por los demás.

FUENTE: DAMIANO, J.M. «DESDE LA PERSPECTIVA DEL CUERPO». CITA EDICIONES, LA PLATA, 2013.