De lo contingente a lo necesario
Les dije, siguiendo el Curso de Jacques-Alain Miller, «Sutilezas analíticas», que en ese período de la enseñanza de Lacan que lo tenía embotado con la primacía del orden simbólico, eso mismo hacía que la experiencia analítica se basara en la premisa de ese orden, dejando por fuera lo real. En aquel entonces Lacan sostenía que la experiencia analítica se trataba de lo imaginario que tendría que ser atrapado por lo simbólico, quedando en la puerta lo real.
Esta idea se sigue sosteniendo en el Seminario 4 «Las relaciones de objeto», pero si podemos abstraernos -aunque sea de manera hipotética- del orden simbólico, nos queda la contingencia. Y lo real ya no está catalogado como lo imposible, sino como lo contingente; es decir, lo que cesa de ser imposible: lo que cesa de no escribirse.Eso que sin embargo no podemos ubicar en le tiempo ni calcularlo.
Respecto de este tema, hay una fórmula de Miller (no está en Lacan) que me parece interesante transmitir en este punto, y es que «lo real es más contingente que lo imposible». De esta manera, sosteniendo esta fórmula, podemos percibir la relación que existe entre lo real y el inconsicnete, es decir, la modalidad de sorpresa con la que el inconsciente se manifiesta. Por ejemplo, el lapsus, no sabemos cuándo se va a dar, ni cuándo un sueño tendrá un efecto de emoción que se traducirá en efectos de verdad. No sabemos cuándo un paciente hará un acto fallido para decir luego que en realidad tenía tal y tal intención…Es por esto, es claro, que en tanto analistas tenemos que ir de la narración a la contingencia, por lo que de alguna manera estamos obligados a escuchar: esa es nuestra posición en el análisis si somos analistas…
Entonces estas reflexiones que ensaya Miller en su curso lo llevan a hacer otra lectura de una frase del escrito lacaniano inaugural de su enseñanza («Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis»), cuando Lacan hablaba de la anamnesis psicoanalítica, de los recuerdos que vuelven en los análisis. Decía que esa anamnesis no se trataba de la realidad sino de la verdad, y donde le daba una importancia suma a la palabra plena, cuya función era la de «reordenar» las contingencias del pasado, en un sentido futuro…Lo que dice Miller es que ese «re» del «reordenar» estaría de más, ya que si se trata de contingencias no tiene un orden, sino que ellas mismas se ordenan simbólicamente. Y el orden simbólico es móvil, y se basan en el «eso quiere decir…».
Ahora bien, en esa transformación de la contingencia a la necesidad es donde la «verdad mentirosa» se deja ver.
La articulación misma del discurso analítico lleva al analizaste a la construcción (partiendo de sus contingencias pasadas y cotidianas) de una trama de verdad mentirosa, una trama de verdad que varía, que cambia, que vacila y es transitoria.
FUENTE: MILLER, JACQUES-ALAIN. «SUTILEZAS ANALÍTICAS» Los cursos psicoanalíticos de Jacques-Alain Miller. Ed. Paidós.