El goce significantizado
Un segundo movimiento respecto del goce en la enseñanza de Lacan nos lleva al segundo fotograma de esta especie de film que empezamos a proyectar, junto a J-A Miller y su propuesta: la significantización del goce.
No podemos abordar este movimiento de manera meramente cronológica, tal que este segundo le sucede en el tiempo al primero de estos paradigmas, ya que se produce cierta mixtura entre los fotogramas, hasta que uno completa al otro hasta cubrirlo y prevalecer sobre aquel.
De hecho, el primer fotograma (los remito al post anterior) es bastante equívoco y confuso: por un lado, el goce es lo estático, lo que queda excluído de lo simbólico; pero por otro este goce imaginario aparece dominado, controlado por lo simbólico. Así, encontramos una tensión entre una cierta identidad del goce (imaginario) y una dependencia del registro de lo simbólico.
Esta superposición de fotogramas lleva a una mezcla confusa, ya que por momentos Lacan parece dar cuenta de que lo imaginario le sirve de materia a lo simbólico, actuando de esta manera sobre él.
Este segundo paradigma que Miller llama «significantización del goce» implica todo un movimiento que va de la transposición de lo imaginario en lo simbólico. Se trata este paradigma de una reconceptualización que implica la demostración de que todos los conceptos vertidos en lo imaginario son susceptibles de ser capturados en lo simbólico.
Retomando: en el primer paradigma tenemos un gran campo imaginario, luego Lacan lo lleva al campo libidinal, y luego lo convierte en algo consistente y capaz de llevarse al campo simbólico.
Pongamos el ejemplo de la transferencia, que en un primer momento está vinculada al goce imaginario y luego se traspola al eje simbólico.
Otro ejemplo es lo que hace Lacan con las pulsiones: primero quedan asociadas a lo imaginario y luego plantea que son posibles de ser capturadas en lo simbólico, que parten del sujeto.
Lacan escribe la pulsión partiendo de la demanda; de hecho el matema es Sujeto losange Demanda; es decir, que en la escritura misma de la pulsión queda inscrita la demanda del Otro, como término esencialmente simbólico.
En este matema tenemos entonces el momento de «significantización del goce» en esta película.
Otro ejemplo es el fantasma: en un primer momento lo ubica en el eje de transitividad imaginaria a-a», y el Nombre del Padre como el elemento simbólico que pone orden. En el Seminario 5 Lacan dice que todo fantasma es una argumento, la imagen queda significantiada por la relación con el sujeto:$ losange a (objeto en su estatuto imaginario)
Y luego tenemos el Falo, elemento fundamental en este cambio de paradigma: aquí el falo tiene un estatuto significante, simbólico, diferenciado totalmente del órgano (falo como imagen del órgano)
Este movimiento, que como advertí no debe tomarse de modo cronológico, tiene toda su formalización hasta el Seminario 5 y 6 y más allá, terminando en la demostración de que la libido está inscripta en lo simbólico: Lacan lo llamó «deseo». Un concepto que se realiza en esta significantización del goce.
FUENTE: MILLER, J-A. Paradigmas del goce.