El toro y la esfera
En el ultimísimo Lacan -como llama J-A Miller a ese momento de la enseñanza lacanina después del último Lacan- tenemos con la figura topológica del toro, una relectura de la identificación en las tres formas que Freud mismo las había desarrollado en su texto «Psicología de las masas y análisis del Yo». Hay un ordenamiento que hace Lacan de las identificaciones en relación a las vueltas del toro, en sus tres maneras diferentes de darse vuelta.
Si pensamos qué hay antes de la identificación, Lacan no acerca algo del orden de lo preidentificatorio, en tanto, dice Miller, «unidades preidentitarias». De esta manera se puede decir que la identidad no es más que la elucubración que parte de eso no identitario.
Se pregunta Miller entonces, como una pregunta que considera atraviesa esta ultimísima enseñanza de Lacan, si hay que pensar en la existencia de una crisis de identidad previa a la identificación misma, anterior a la operación de identificación…
Pero antes de ir por ahí, hay que decir que es una cuestión muy compleja esta ultimísima enseñanza, porque introduce un «visual» nuevo, diferente a la arquitectura de los nudos que tenemos en su Seminario, Libro 23 «El sinthome». Se trata de un visual que no tienen nada que ver con la pregunta de cómo es que eso puede mantenerse unido, junto, etc. Sino que este nuevo visual implica el «toro» o la «cámara de aire». Esta es una figura geométrica, una superficie que se genera a partir de una circunferencia. Esta a su vez gira alrededor de una recta exterior en su plano y que no la corta. El término «toro» viene del latín torus, y en castellano traducimos como bocel, una especie de «donut»…
Este nuevo visual, les decía, el toro, responde a que es una figura que da un privilegiado acceso a lo real.
Lacan rechazaba ciertos modelos, como por ejemplo los que propuso Daniel Lagache en relación a las identificaciones. Lacan si los rechazaba era porque allí él ponía las estructuras.
Pero en su ultimísima enseñanza nos encontramos con que se refiere a lord Kelvin que esperaba construir modelos que le permitieran prever los resultados del funcionamiento de lo real. Este físico fue ampliamente conocido por la determinación que hizo del valor del cero absoluto de temperatura. Convocando a lo imaginario para acceder a lo real.
Allí Lacan juega con la expresión en francés de «hacerse una idea»: se faire: hacerse y sphère: esfera. Dice entonces «esfera de una idea», como queriendo hacer entender que el modelo continúa siendo la esfera, y en este mismo movimiento, sustituir el toro por la esfera. Son figuras muy diferentes. Así como la esfera, el toro tiene un interior, y se diferencia del redondel de cuerda, aunque el toro pueda llegar a usarse como una cuerda; es decir que con tres toros se podría hacer un arreglo borromeo.
El toro tiene un interior pero que es un agujero (ver figura), y un agujero distinto al segundo agujero, indicado por el anillo y que está abiero al exterior. El toro, dice Laca, se presenta como dos agujeros alrededor de los cuales algo consiste.
Para terminar con esta referencia, la diferencia que hay entre el toro y la esfera es una diferencia estructural, que se manifiesta en el dar vuelta de uno el dar vuelta del otro.
FUENTE: MILLER, J-A. «El ultimísimo Lacan»