Teorías de la Psicología-El Psicoanálisis
Dependen de las ideologías las teorías.
Cada teoría psicológica se basa en una cosmovisión y en una filosofía del hombre.
Antes que la Psicología se convirtiera en una ciencia, para el mundo civilizado la enfermedad mental se consideraba una patología orgánica y para las sociedades tribales tenía un significado místico.
El Psicoanálisis de Sigmund Freud, inaugura una nueva era en psicología con un método de investigación que pone énfasis en el significado inconsciente de la patología mental y de las conductas humanas.
La teoría freudiana tiene una fundamentación teórica, pero las conclusiones de Freud se basan en una frondosa casuística, fruto de muchos años de práctica con sus pacientes, que no cumple con los requisitos de la ciencia, porque su objeto de estudio, que es el inconsciente, no puede ser observado y medido en un laboratorio.
No obstante, el aporte de Freud a la Psicología es innegable y en la práctica clínica la teoría freudiana puede ser corroborada por todo profesional con sus pacientes.
La doctrina de Freud es una teoría dinámica basada en dos leyes de la física: “En todo gasto de energía hay pérdida de energía” y “Nada se pierde todo se transforma”
Para Freud la personalidad es una estructura formada por el Superyo, el Ello y el Yo.
El Superyo, es la instancia que representa el juez o censor del yo, la conciencia moral; y su función es la auto observación y la formación de ideales.
El Ello representa las pulsiones instintivas que son inconscientes, en parte hereditarios e innatos y en parte reprimidos y adquiridos y desde el punto de vista dinámico está en conflicto con el Yo y con el Superyo.
El Yo para Freud es la instancia que se encuentra en relación de dependencia con respecto al Ello y al Superyo y a las exigencias de la realidad, actuando como mediador encargado de los intereses de la persona total.
En el conflicto neurótico el Yo es el que pone en marcha una serie de mecanismos de defensa en gran parte inconscientes y de carácter repetitivo, frente a la angustia de una situación displacentera. El yo es la instancia adaptativa del ello en virtud del contacto con la realidad.
Algunos han criticado a Freud por el papel que le da al Yo en la personalidad, como una instancia que se comporta de un modo completamente pasivo, esclavo del ello.
El Ello es el gran reservorio de la libido, representado por dos grandes fuerzas, la energía sexual o instinto de vida y la pulsión de muerte.
El yo toma las pulsiones del Ello y la transforma en energía desexualizada y sublimada.
El Ello, que contiene las dos fuerzas pulsionales de los contrarios, es un caos, está lleno de energía pero carece de organización.
El inconsciente se refiere a cualquier contenido fuera del campo actual de la conciencia. Está constituido por contenidos reprimidos que por la acción de la represión no han tenido acceso al Yo. Estos contenidos son representaciones de las pulsiones que están regidas por los mecanismos de condensación y desplazamiento, de modo que pueden retornar a la conciencia después de haber sufrido las deformaciones de la censura.
Para Freud, son especialmente los deseos infantiles los que experimentan una fijación en el inconsciente.