La función expresiva del Arte.
Como hemos mencionado en artículos anteriores, el Arte tiene una función mucho más amplia de lo que conocemos frecuentemente.
Lo que vemos en los museos, el consumo, los genios y el gueto que se crea entorno a las Artes en general son sólo la punta del iceberg y muchas veces lo que nos aleja de ellas.
Socialmente nos transmiten que el Arte es para pocos. Solo los talentosos pueden ejercerlo. Y solo los entendidos pueden interpretarlo.
De esta forma la gente que no pertenece al ámbito artístico se siente ajeno.
Afortunadamente, nuevas corrientes de pensamiento acercan el arte a todos. Considerándolo un medio de expresión e incluso una herramienta terapéutica.
Nuevas Artes se suman a las clásicas, permitiendo que todos los que estén en búsqueda puedan encontrar algo factible mediante lo cual desplegar aspectos creativos.
Esencialmente el Arte surge como necesidad expresiva. La técnica y la especialización cada vez mayor se ha formado posteriormente, en la búsqueda de la belleza y en la intención de evolucionar.
El Arte, en su función expresiva, es un recurso del que todos disponemos como medio de creación y transformación. Y sus efectos en la salud mental, el bienestar y el desarrollo personal son considerables.
Desplegar con frecuencia una actividad de expresión artística ayuda a conectarnos con aspectos inconcientes, permite que emerjan palabras, imágenes, movimientos que simbolizan o representan algo más. Algo de nuestra historia, algo quizás no dicho u oculto.
Nos da una información nueva. Nos conecta con cuestiones profundas, que no tenemos presentes.
El arte como expresión nos brinda una oportunidad. Un nuevo escenario posible donde pueda aparecer una idea, un cambio, un gesto que advenga y transforme el escenario previo.
La búsqueda de una actividad artística para llevar a cabo cotidianamente pertenece a un proceso muy subjetivo de descubrimiento, donde inicialmente nos toparemos con resistencias. Más aún si crecimos en una familia donde el Arte no participa de ningún modo, o si alguna vez nos dijeron que no servíamos para eso.
Esa búsqueda nos lleva a encontrar esa forma, particular y genuina de expresar lo propio.
Actualmente contamos con muchas posibilidades: las más clásicas como la música, la pintura, la escultura, la escritura, el teatro o la danza. Como otras que surgieron tiempo después, como la fotografía y el cine, entre otras.
Hay muchas actividades, que se denominan “artesanía” que también son una forma de Arte, por más que no se lo nombre como tal. La costura, el tejido, la cerámica, la orfebrería, por ejemplo.
En los últimos años se ha desplegado, además, con gran énfasis el Arte Callejero: Intervenciones de espacios públicos y Graffiti, entre otros.
Podemos encontrar como método expresivo muchas actividades artísticas mediante las cuales producir algo propio, único y transitar el proceso, que siempre es de aprendizaje y cambio.
Pasar por un período de búsqueda de una actividad propia es aconsejable para todos aquellos que no lo practiquen frecuentemente.
Su ejercicio cotidiano no solamente es terapéutico sino que fundamentalmente ejerce una importante función en promoción y prevención de la salud.
Dedicar todos los días algún momento para crear algo, sin presión ni exigencia de perfección, es una gran herramienta de autoconocimiento que puede permitir que se amplíen las posibilidades, ideas y direcciones futuras.