Técnicas Cognitivas
Soy lo que creo, por lo tanto, yo soy mi propia creación.
Tenemos el poder de crear todo lo que podamos imaginar, pero como no lo creemos, preferimos echarle la culpa a los demás de nuestros fracasos.
La vida puede ser muy diferente si tan solo se pudiera abandonar la rigidez de las estructuras y creer en el poder que tenemos en nuestras propias manos.
Todavía suenan en nuestras cabezas las palabras de nuestros padres, de nuestros maestros, de nuestros hermanos diciendo: ¡Qué gordo que eres! ¡Qué petiso! ¡Qué alto! ¡Qué tonto! ¡No sirves para nada! ¡Esto no es para ti! ¡No te lo mereces!; y también a nosotros mismos diciéndonos ¡He sido un estúpido! ¡Siempre hago lo mismo! ¡Nadie necesita lo que yo hago! ¡Esto no va a funcionar! ¡Este no es el momento! ¡Mejor espero! Etc.
Porque así como creemos que nos ven los otros nos vemos también a nosotros mismos.
Pero no podemos sentir resentimiento hacia nuestros padres o familiares, porque a ellos también los tratan o los trataron así cuando eran chicos y ese esquema mental no les permite decir por ejemplo: ¡Te quiero mucho! ¡Qué linda estás” ¡Qué inteligente eres! ¡Vas a tener éxito! ¡Eres bueno! etc.
Ante esta conducta de los mayores se puede reaccionar de dos maneras: rebelándose o sometiéndose. Así, la vida será una cadena de reacciones similares frente a figuras de autoridad, que demandará toda la energía y le impedirá al individuo desarrollarse y crecer.
Solamente cuando una persona está dispuesta a cambiar, puede hacerlo; porque si decide utilizar la fuerza de voluntad o la disciplina para cumplir un propósito, nunca dará resultado.
Por alguna razón tenemos la necesidad de estar enfermos, como si estuviéramos convencidos profundamente que no merecemos estar sanos.
Tampoco creemos que nos merecemos estar más delgados, tener buenas relaciones, tener éxito, tener dinero o estar orgulloso de nosotros mismos; porque el verdadero problema es la necesidad interior de un síntoma o de un fracaso.
Hay que estar dispuesto a renunciar a esa necesidad, pararse frente al espejo y repetir en voz alta:
¡Abandono para siempre mi necesidad de comer en exceso!
¡Abandono para siempre mi necesidad de fracaso!
¡Abandono para siempre mi necesidad de estar enfermo!
¡Abandono para siempre mi necesidad de sufrir de colon irritable!
Etc.
La gente tiende a recrear modelos mentales del pasado que responden a una creencia.
Si creo que soy indigno también creo que no merezco nada, por lo tanto dilato mis decisiones y no hago nada, por esta razón es necesario cambiar de modelo mental.
Debemos aprender a tratarnos a nosotros mismos como nos gustaría que nos trataran los demás, ser bondadosos con nuestros juicios, no criticarnos, querernos y consolarnos.
Estar dispuesto a cambiar es todo, no necesitamos saber cómo hacerlo, porque nuestra disposición hace todo.
La mente es una herramienta que hay que aprender a usar. Dominar la mente y pensar lo que queremos, no lo que tenemos programado desde la infancia, nos liberará y nos permitirá crecer y dar lo mejor de nosotros mismos.
Fuente: «Usted puede sanar su vida», Louise L.Hay, Editorial Urano, año 1992