Desarrollo Moral
Vivimos en un mundo global donde somos responsables los unos de los otros aunque se empeñen algunos ignorantes en promover el individualismo como condición óptima del ser humano. En efecto, el correcto funcionamiento de una sociedad es de nuestra incumbencia, y para mantener un equilibrio suficiente que permita unas condiciones de vida razonablemente apropiadas, se torna indispensable dirigir nuestra atención hacia el papel de la moral en este brete.
El desarrollo moral debe incluirse dentro del desarrollo evolutivo y cognitivo desde niños. Las capacidades de razonamiento lógico de un niño son las que posibilitan el entendimiento de las normas y reglas convencionales establecidas por la sociedad.
Así, el desarrollo cognitivo es una condición necesaria pero no suficiente, para que se pueda interiorizar la norma. Asimismo, resulta indispensable un desarrollo social que incluye la adopción de roles. La perspectiva social o adopción de roles se entiende como la capacidad de una persona para ver e interpretar los sentimientos de los demás. La persona debe ser capaz de comprender las necesidades de los roles de los otros. En consecuencia, el desarrollo social y el cognitivo caminan en paralelo.
Según Kohlberg, existen tres niveles del desarrollo moral que se corresponden con tres niveles de perspectiva social o adopción de roles:
- NIVEL PRECONVENCIONAL correspondiente a la Perspectiva Individual Concreta.
La persona no comprende las reglas ni las defiende. Se da en niños hasta los 9 años aproximadamente, en algunos adolescentes y en algunos delincuentes.
- NIVEL CONVENCIONAL correspondiente a la Perspectiva de pertenecer a un grupo o sociedad.
Consiste en someterse a las reglas, expectativas y convenciones de la sociedad o de alguna autoridad. Se defienden las normas por el hecho de pertenecer a una sociedad.
Esta perspectiva se define por las siguientes características:
- Preocupación por la aprobación social.
- Preocupación por la lealtad a personas, grupo o autoridad.
- Preocupación por el bienestar de los otros.
Tiene lugar en casi todos los adolescentes y en los adultos.
- NIVEL POSTCONVENCIONAL correspondiente a la Perspectiva más allá de la sociedad.
Los afortunados en llegar a este nivel, aceptarían las normas sólo si son considerados justos los principios morales que subyacen a las normas.
Este nivel se alcanza sólo a partir de los 20 años y no todo el mundo lo adquiere.
Por suerte, se han establecido unas estrategias que favorecen el paso a los distintos niveles del desarrollo moral:
- El diálogo sobre valores.
En la Escuela Infantil, se trataría, en realidad, de la explicación de valores. Para los niños mayores, el diálogo consiste en un intercambio de puntos de vista y actitudes.
- La participación en grupo.
Consensuar las consecuencias de las posibles actitudes de sus miembros es la estrategia que más fomenta la adopción de roles. Es la que más se utiliza en la escuela. Se le atribuya más importancia a la distribución de roles que se produce en el grupo que a la tarea en sí.
A partir de los 7 años, algunas tareas que requieren de la participación en grupo dentro del aula son el cuidado de la clase y de los materiales y la distribución de tareas.
Siempre ha de ser el profesor o el adulto el que guíe la toma de decisiones sobre el tipo de responsabilidades.
- El conflicto cognitivo moral.
Se trata de exponer a los alumnos a situaciones donde hay que tomar decisiones que provocan contradicciones internas con respecto a su propio razonamiento moral. Se emplea con niños a partir de 12 años.
- Discusión moral de dilemas en grupo.
Nos permite contrastar diferentes puntos de vista. Debe hacerse en situaciones que sean interesantes para el alumno según su edad y sus intereses. Se recomienda que se traten temas de la vida real.
En definitiva, Kohlberg concluyó que la mejor forma de interiorizar normas morales era a través de estrategias en lugar de a través de normas y reglas obligatorias, o la aplicación de sanciones por no obedecer.