El Desempleo
El desempleo es una circunstancia de la vida que alguna vez gran parte de la gente tendrá que padecer en este mundo globalizado y cambiante, a menos que decidan independizarse ni bien comienzan a sufrir la agonía de las tácticas empresariales tendientes a agotar la resistencia de sus empleados para que renuncien cuando ya no los necesitan.
La mayoría que se encuentra en esta situación espera el despido para cobrar la indemnización, aunque ésta sea un arma de doble filo, ya que por un lado puede ayudar a subsistir y solucionar problemas económicos pero por otro puede representar el sufrimiento de una larga agonía y un gran desgaste emocional.
Tuve una vez un paciente que ocupaba un alto cargo jerárquico en una empresa multinacional, que fue despedido después de muchos años de trabajo.
Al recibir el telegrama de despido y darse cuenta que el desenlace de la encrucijada laboral que estaba atravesando la empresa había exigido su alejamiento y el de otros de su mismo nivel, lloró como no lo había hecho desde su infancia.
Sin embargo, al mismo tiempo sintió un alivio enorme, porque ya se había liberado del miedo que lo había estado torturando durante los últimos meses de trabajo.
Después del impacto, con el dinero de la indemnización pudo cancelar todos sus compromisos y tener la tranquilidad de poder continuar manteniendo los gastos por un largo tiempo.
Pero para un hombre de acción, incapaz de estar sin hacer nada eso no es fácil, de modo que decidió ayudar a su cuñado con un emprendimiento, que lo mantenía ocupado.
A los pocos meses, dado que los resultados del negocio eran más que satisfactorios, ambos decidieron ampliar la capacidad operativa de la pequeña empresa incorporando insumos y algunos empleados.
Se trataba de una actividad muy diferente a la que estaba acostumbrado hacer, pero poco a poco, fue recobrando el entusiasmo, porque formaba parte de un proyecto en el que había participado con creatividad y le había servido para emprender un desafío que en poco tiempo estaba dando buenos frutos.
Sus compañeros que también habían sido despedidos habían encontrado trabajo haciendo valer más que nada su experiencia que resultó ser lo más valioso de sus curriculums.
Las situaciones límites pueden llevar a una persona a la depresión y a la desesperanza, cuando el panorama económico se presenta sombrío y la amenaza de la recesión y el desempleo arrecia.
Sin embargo, si existe capacidad de abrirse a nuevas experiencias y de enfrentar nuevos desafíos, es altamente probable que los esfuerzos no sean vanos.
La persona capacitada es difícil que no consiga volver a trabajar después de ser despedido, aún en circunstancias adversas.
Cada persona es única y distinta y tiene mucho para dar lo que seguramente otros necesitan, si no se deja vencer por la frustración y el desaliento.
Es el momento en la vida en que hay que retomar un nuevo rumbo, un obstáculo que hay que sortear, y si es necesario haciendo camino al andar.
No somos solo los roles que cumplimos, de padres, hermanos, hijos, de amas de casa, empresarios, gerentes financieros o altos ejecutivos, somos además personas con un potencial infinito que están creciendo.