Maldita burocracia
Échale un vistazo a tu lista de tareas pendientes. Seguro que encuentras alguna relacionada con la gestión de algún papeleo. Lo que conocemos como gestiones administrativas o burocracia. Las vamos posponiendo sin remedio por la inversión de tiempo y logística que requieren. Es verdad, da mucha pereza. Primero te informas de la documentación que debes aportar, después te indican que debes rellenar dos formularios más; a continuación tienes que esperar una semana para que el proceso siga su curso y recibir una respuesta formalmente. Todo esto suele conllevar una media de tres semanas para gestiones sencillas que deberíamos poder solucionar en una mañana. Es probable que solo con haber leído estas tres líneas, tu cuerpo haya sufrido cierta agitación al recordar alguna situación vivida con nerviosismo y ansiedad relacionada con la burocracia. Nos encontramos ante un ámbito propicio para que nos invada una sensación de impotencia muy desagradable.
Si, además, nos encontramos con que las personas con las que debemos tratar manifiestan una pasividad Y una falta de empatía notables, entonces nuestro interruptor del enfado y la ira se conectan automáticamente pudiendo tener unas consecuencias nefastas, sobre todo para nosotros.
Por tanto, hoy dedicaremos este artículo a proporcionar algunos consejos prácticos en aras de evitar pérdidas de tiempo y de control emocional y necesarios.
En primer lugar, sería conveniente realizar un trabajo de recogida de información previa a la gestión misma, es decir, conocer de antemano toda la documentación necesaria así como el proceso a seguir para realizar una preparación exhaustiva. Este paso te permitirá planificarte tanto para recopilar todo lo necesario como para establecer un calendario de actuación. Saber y conocer el recorrido evita sorpresas desagradables.
Registra todas las dudas que te vayan surgiendo y elabora una lista para cuando tengas que hacer la gestión. De esta forma, evitarás olvidarte de cuestiones importantes y no tendrás que hacer viajes extra, con lo cual mantendrás controlado tu nivel de ansiedad.
Procura transmitir sosiego cuando estés frente al empleado en cuestión, no dejes que te invada la sensación de pérdida de tiempo sino que tendrás que hacer lo posible por mostrar buen humor, de forma que no genere sentimientos negativos en el otro, puesto que, aunque no queramos, en su mano está poder aligerar tu gestión. Sobre todo , nunca faltes el respeto a la otra persona o te muestres agresivo porque solo conseguirás salir perjudicado.
Una vez te haces con el control de la situación dejas de sentirte rehén de la misma lo que se traduce en un menor nivel de irritación propio de la rigidez burocrática.
Cada vez más resulta necesario un cambio en este sentido ya que la agilidad y rapidez de la vida actual choca frontalmente con la rigidez y pesadez de las gestiones administrativas más sencillas. Sin duda, las nuevas tecnologías han entrado de lleno en este terreno facilitando diferentes procesos como la solicitud de información, concertar cita previa o incluso poder hacer toda la gestión a través de Internet. Así que, haz uso de esta poderosa herramienta antes de iniciar cualquier trámite.