Rituales de pareja sana
Toda aquella persona que haya tenido pareja sabrá por buenas o malas experiencias lo importantes que son algunos detalles para que la relación sobreviva al desgaste y a los roces propios del proceso que supone encajar la vida y la personalidad de una persona con las de otra.
La forma de vida de nuestros días y las circunstancias que nos rodean favorecen que las parejas actuales gocen de un equilibrio tal que no debería un miembro de la pareja someter de cualquier manera a la otra. Por tanto, el contexto en el que estas indicaciones serán efectivas se caracterizará por un clima de igualdad.
La comunicación es la piedra angular de la pareja. Un matiz importante de la comunicación es la manera de decir las cosas. Según la manera de afrontar un conflicto y de verbalizarla se podrán mejorar las cosas o empeorarlas. Busca las palabras adecuadas, intenta no ofender, no aproveches un problema para sacar del cajón de la basura toda la artillería relativa a otros problemas. Ocupaos de los problemas uno por uno. Otra estrategia sería buscar, siempre que se pueda, intereses comunes y puntos de confluencia de modo que encontremos un terreno en el que compartir sea el núcleo.
Refuerza lo positivo de tu pareja. Reconoce sus méritos y esfuerzos y alaba sus capacidades. Igualmente, deberás ser receptor de tales conductas porque complacer es tan necesario como ser complacido. El tiempo que la pareja disfruta en común ha de ser de calidad. Los paseos agarrados de la mano o la cintura, las cenas hablando de la relación o los abrazos al volver del trabajo favorecen la intimidad y la confianza. Se convierten en rituales que alimentan el amor. De nuevo, recordamos que el amor es como un perro que decidimos adoptar como mascota. Requiere mimos, cariños, atenciones, cuidados. A su vez, nosotros pasamos a ser los perros de otros. Pues ya saben lo que tienen que hacer con nosotros.
Cuando un individuo cambia de intereses o propósitos, en ocasiones, su pareja responde con burlas o desprecios, incluso en público. Lo único que se consigue es alejar a la otra persona. Nada en la vida es tan categórico como el «siempre» o el «nunca». Las personas evolucionan y la parejas han de saber manejar la evolución individual de cada una de las partes con respeto, con ánimos y alegría.
Observa a tu pareja. Cuando las personas hacemos algo sin saber que nos están mirando, sin presiones, lo hacemos desde nuestra esencia y naturalidad. A la vez, observar a nuestra pareja sin que se percate es una tarea de lo más interesante.
Practicar la escucha activa siempre es la mejor opción. Se trata de un acto de generosidad y de lucha interna en contra de nuestros instintos muchas veces. Se saca mucho en claro cuando nos abrimos a escuchar al otro. Si creamos un espacio de libertad de expresión donde cada parte de la pareja pueda exteriorizar sus inquietudes, seguramente la solución esté muy cerca.
Cuando hablas con una pareja de largo recorrido y que aún es feliz, te das cuenta de que el ambiente de su relación es rico en ingredientes arriba mencionados. Procurad ser una de ellas.