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Psicología de la Nutrición

Publicado por María Gómez

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Sabemos que las cuestiones psicológicas que entran en juego en el campo de la nutrición no pueden ser tomadas a la ligera. La relación del ser humano con la alimentación es siempre motivo de estudio y a la vez de preocupación y cada vez más por los grandes problemas relacionados con ella, tanto por el abuso de su consumo (obesidad) como por la ausencia del mismo (anorexia).

Por ello, es preciso el establecimiento de herramientas y protocolos que abarquen todos los aspectos involucrados en este tema: imagen corporal, educación alimentaria, salud, en suma, información de cualquier tipo que habrá de ser tenida en consideración a la hora de explorar cualquier trastorno derivado de o relacionado con alimentación.

Es dentro de este contexto donde surge la psicología de la nutrición. Esta corriente aboga por tratar el tema alimenticio eliminando conceptos adheridos a él desde que tenemos uso de razón como dietas, privación y eliminación de alimentos, etc. Al contrario, las nuevas tendencias buscan resolver problemas y obtener resultados satisfactorios creando hábitos correctos de vida y promoviendo ambientes psicológicos facilitadores.

Esto conlleva una confrontación interna enfocada al cambio de patrones internos que nos producirá cierto malestar por el camino. Sin duda un bajo precio a pagar en comparación con las compensaciones.

Por tanto, sin dejar de hablar de alimentos calorías o peso, el aspecto emocional será tocado en paralelo con mimo y profesionalidad.

En realidad, se produce una catarsis personal e íntima como si supiéramos en pedazos un viejo vestido y volviéramos a coserlo bajo un patrón diferente. El resultado será una prenda totalmente nueva y diferente cuya base es la misma que el viejo.

El ritmo de vida impuesto por las exigencias del entorno nos impide detenernos a hacer balance y a encontrar las interrelaciones existentes entre diferentes aspectos de nuestra vida. Este hecho ejerce una influencia directa en nuestro comportamiento en relación a la alimentación.

En este campo, el psicólogo debería ser un profesional considerado, al menos, tan imprescindible como el médico endocrino ya que el componente emocional está íntimamente relacionado con variables tales como mantenimiento de la dieta en el tiempo, la adherencia a la misma o la valoración sobre el compromiso que se está dispuesto a adquirir. Posiblemente, muchos pacientes ahorrarían su tiempo y su dinero, si previamente o de forma paralela, consultaran con un psicólogo para intervenir sobre ciertas áreas. Sin duda será tu mejor aliado.

Aprender a comer y disfrutar con la comida, con los sabores, serán dos objetivos fundamentales de esta rama de la psicología. Del mismo modo que la relación entre emoción y nutrición puede ser valorada negativamente, como en el caso de atracones de comida en depresión, es posible cambiar la dirección de este binomio hacia el lado positivo. Así, podremos comer de todo en su justa medida sin abusar , al mismo tiempo que nos cuidamos y adquirimos comportamientos saludables. El autocontrol es, pues, un elemento clave que ha de ser aprendido, entrenado y practicado.

Como consejo final, si estás en proceso de pérdida de peso os vas a iniciarlo, trabaja también tu aspecto psicológico y emocional pues será esencial para el éxito del desafío.