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Leer la Mente

Publicado por Malena

leer la mente

Leemos la mente cuando suponemos lo que otra persona está pensando o sintiendo, sin tener ninguna prueba directa física.

Eso lo hacemos todos en forma más frecuente de lo que creemos y luego actuamos en consecuencia; creando situaciones basadas en ideas falsas que pueden dificultar las relaciones, el trabajo y la vida personal y alterar el estado de ánimo.

La lectura de la mente es una percepción intuitiva que responde a ciertos códigos no verbales en los que no hemos reparado conscientemente.

A veces son sólo proyecciones de nuestros propios pensamientos y sentimientos sobre una determinada situación, que experimentamos nosotros pero que se las adjudicamos al otro.

Las personas que leen la mente no tienen dudas sobre sus intuiciones y creen que tienen razón, pero eso no garantiza que no se equivoquen.

¿Por qué la gente prefiere adivinar lo que el otro está pensando si frente a su ambigüedad le podemos preguntar qué es lo que exactamente quiso decir?

Para mejorar la comunicación humana es necesario tener mejor evidencia sensorial antes de atribuir pensamientos, sentimientos y opiniones a los demás; porque cada uno vive en su propio mundo y lo experimenta de una manera diferente.

Tampoco se puede esperar que los demás imaginen cómo nos sentimos nosotros o qué es lo que queremos por gestos que pueden significar muchas cosas distintas.

Transmitir a los otros lo que uno piensa ya es una empresa difícil, porque ni siquiera el lenguaje corriente es suficiente para expresar con claridad nuestros pensamientos o sentimientos y menos fácil aún resulta entenderse si no nos expresamos con palabras.

Existe dos formas de leer el pensamiento: cuando una persona supone lo que la otra está pensando y cuando cree que es posible que los demás puedan saber lo que ella está pensando.

Un ejemplo de la primera es: “Sé lo que a él le hubiera gustado” y de la segunda: “Él tendría que saber lo que me gusta”.

Las personas que se manejan con esta forma de comunicación se arriesgan a sufrir serios problemas de relación.

Por ejemplo:

– “Daniel ya no me quiere”

– “¿Cómo lo sabes?”

– “Porque me contradice y no me halaga haciendo lo que me gusta”

De manera que el modelo de mundo de esa persona es que ser amada equivale a no contradecirla y hacer lo que le gusta. Esa persona creerá en este supuesto y no se cuestionará en lo más mínimo.

La PNL (Programación neurolingüística) crea un metamodelo de comunicación que intenta reconectar el lenguaje con la experiencia.

Sirve para

1) ampliar información

2) aclarar los significados

3) distinguir las limitaciones del interlocutor

4) abrirse a nuevas opciones

Este metamodelo es una herramienta eficaz para mejorar las relaciones interpersonales, los negocios, un tratamiento terapéutico o la educación.

El fundamento es que cada persona tiene modelos mentales diferentes y que uno no puede suponer ni imaginar lo que otra persona está pensando o sintiendo con exactitud, ni tampoco conocer el significado que tienen sus palabras si no se expresa con absoluta claridad.

El metamodelo permite aclarar significados y obtener la información correcta con la pregunta adecuada; por ejemplo: ¿Qué quieres decir exactamente con…?

Por otra parte, brinda opciones, porque todos tienen límites, como por ejemplo, las creencias, las reglas, los universales, etc., y esos límites existen en sus palabras pero no en el mundo.

Este metamodelo hay que usarlo con sensibilidad, en forma amable y amistosa y preguntando con educación y delicadeza, porque puede herir susceptibilidades; pero se puede decir que funciona en todo ambiente.

Una forma de practicarlo es en el diálogo interno y también en la vida cotidiana, ya que una vez que conocemos estas características de la comunicación los ejemplos comienzan a surgir de inmediato.

Fuente; “Introducción a la PNL”, Joseph O´Connor, John Seymour, Urano, 1995.