3 herramientas creativas para el autoconocimiento.
Como mencionamos en muchos artículos anteriores las actividades artísticas y creativas pueden transformarse en valiosas herramientas de autoconocimiento.
Pero, ¿qué es realmente el autoconocimiento? Y, ¿es posible? El término está por demás extendido y suele llevar a confusiones. Pretende señalar que podemos conocernos a nosotros mismos, tal vez, de manera total e ilimitada. Puede confundirse con el popular «Conócete a tí mismo», concepto que suele caer en graves banalidades.
Con autoconocimiento asociado a lo creativo nos referimos sencillamente a utilizar las herramientas creativas como un medio para concientizar o visibilizar cuestiones propias. Y, potencialmente, poder elaborarlas con mayor profundidad en un espacio terapéutico.
Estar en contacto con las propias producciones y poder reflexionar sobre patrones, imágenes oníricas y fantasías, nos permite indagar sobre las modalidades subjetivas, ayudándonos en procesos de cambio a elegir con mayor conciencia y libertad.
Conocerse a sí mismo de manera completa no es posible, las cuestiones inconscientes siempre exceden la capacidad de la conciencia de abarcar y sistematizar, de modo, que en el mejor de los caso, lograremos conocer algunas cuestiones que nos sirvan para vivir en relativo equilibrio con todas esas cosas que no conocemos y que, probablemente, nunca lo hagamos.
Dicho esto, podemos puntualizar 3 herramientas de expresión artística libre que pueden potenciar la visibilización y el registro de aspectos propios.
Implementando actividades de arte espontáneo con frecuencia, llegaremos a vislumbrar aspectos que tienden a repetirse y que nos proporcionarán datos sobre nuestro estado emocional y psíquico, que podremos ampliar en reflexiones posteriores.
- Trazo y pintura intuitiva. Para esta actividad vas a necesitar una hoja de papel, si es grande mejor, témpera y pincel. Se pueden usar otras tintas pero la témpera es práctica y se puede implementar con niños en el caso en que se quiera. Es importante ubicarse en un lugar tranquilo, y hacer algunas respiraciones profundas antes de empezar. La idea es dejar fluir el pincel sin intentar dirigirlo, haciendo trazos o manchas de manera espontánea, registrando el cuerpo, e ideas, censuras y reflexiones que aparezcan en el proceso. Luego de la actividad es recomendable anotar asociaciones y reflexiones con lo percibido durante la actividad.
- Baile y movimiento espontáneo. Similar a lo anterior pero con el movimiento como protagonista. En un lugar tranquilo y con música suave, permitir que el cuerpo se mueva de manera espontánea, siguiendo la música o la respiración. Se pueden tener los ojos cerrados en el caso de que se observe que ayuda a la relajación. Importante registrar ¿qué partes del cuerpo intervienen más? ¿Cuáles quedan más quietas o incluso trabadas? ¿Cómo está la respiración? Posteriormente asentar el registro de lo vivenciado.
- Escritura terapéutica. Usar el recurso de la escritura para expresar todo lo que pase por la mente. Es un modo de asociación libre, en donde permitimos que afloren palabras, aunque parezcan insignificantes o incoherentes. Permitir el afluente de pensamientos a través de la escritura ofrece gran material de registro del estado interno, y si se lo hace lo suficiente, suele manifestar el verdadero asunto a trabajar en el momento presente.
Con el material resultante de estas actividades podemos luego trabajarlas en un espacio terapéutico donde se puedan asociar con material de la historia del sujeto y de conflictos que se puedan estar presentando en la actualidad.