Construyendo límites con herramientas creativas.
Ahora que hicimos un recorrido sobre los límites saludables, qué son y como ejercerlos podemos pensar en formas de trabajarlos a través de herramientas creativas y arteterapéuticas.
Por medio de la creatividad podemos metabolizar, darle consistencia a aquello que queremos desplegar.
Jugando, desarmando y reconstruyendo, afianzamos y le damos entidad a los límites, habilitándonos para tenerlos presentes y potenciar nuestra capacidad de ejercerlos.
Por medio de distintas herramientas podemos trabajar a partir de esta idea inicial:
¿Cómo son los límites?
Si tuvieras que dibujarlos, como serían? Y si escribieras algo a partir de esa palabra como disparadora, qué escribirías?
Si tuvieras que interpretar una escena entre dos personas donde intervienen los límites, ¿cómo podría ser?
Si tuvieras que bailarlo ¿como lo harías?
Por medio de distintas formas expresivas podemos poner los límites en movimiento y hacerlos formar parte de nuestra actividad imaginativa. Este tipo de trabajo es sumamente profundo y no solamente nos permite afianzar la decisión de trabajar los límites sino que además nos permite manifestar qué asociamos con ellos, dándonos información sobre cómo intervinieron o intervienen en nuestra vida subjetivamente.
La noción de límite, como la de cualquier otra cosa, no es igual para todos. Para algunos estará asociada con agresividad, o violencia, o con situaciones de la crianza. Para otros quizás se asocie a la pérdida y al abandono, hay quienes lo consideran necesario o indispensable para su tranquilidad porque se sienten invadidos fácilmente; hay quienes temen marcarlos o reaccionan defensivamente si alguien se los marca.
Todo este abanico de particularidades se despliega en el trabajo creativo y construye las verdaderas bases de su ejercicio. Nos permite deconstruir ciertas nociones y crear una nueva manera de adoptar y ejercer los límites.
Si se está llevando a cabo un proceso terapéutico, muchas de las características que emerjan en estas actividades pueden ser analizadas en ese terreno, para lograr mayor profundidad.
Las herramientas creativas implican la posibilidad de pasar por el cuerpo y por la vivencia propia aquello que quisiéramos desarrollar. Esto es sumamente importante, porque muchas veces pretendemos hacer cambios sin estar dispuestos a indagar o profundizar lo suficiente.
En el caso de la puesta de límites, quizás, empezamos a marcarlos y decirlos pero en completa desconexión con nuestra historia, o con nuestras necesidades. Transitarlo desde espacios creativos nos permite arriesgarnos y conectarnos con lo que verdaderamente se pone en juego ahí.
¿Cómo podemos trabajar los límites creativamente?
- Elegir algún área expresiva con la que estemos más familiarizados o nos sintamos más cómodos. Eventualmente, ir experimentando las otras vías de expresión es una buena tarea para ampliar nuestro registro creativo.
- Dispongámonos a la tarea con una breve meditación o relajación inicial, que va ayudar a habilitar el proceso.
- Iniciemos a partir de la palabra Límite o las resonancias que se nos presenten a partir de ella. Podemos intentar visualizarlo durante ese caldeamiento inicial.
- Una vez que entramos en ese estado, comencemos a desplegar creativamente mediante el medio elegido lo que nos surja de manera espontánea. Escribiendo, dibujando, bailando, actuando, etc. Démonos tiempo de transitar por este proceso, intentando soltar las resistencias, atravesando la autocrítica y las censuras que pueden aparecer en esta instancia.
- Tomémonos un rato para reflexionar sobre lo vivenciado. Observando, registrando el cuerpo y atendiendo a palabras, imágenes o sensaciones que emerjan.
El material que se crea es información que nos va a ayudar a conocer qué relación tenemos con los límites y cómo podemos transformarlos o afianzarlos para poder ejercerlos de manera más saludable.
Es recomendable, paralelamente, acceder a información sobre límites saludables y participar de algún espacio terapéutico.
