4 modos de usar la escritura terapéutica.
Venimos mencionando anteriormente la importancia de la escritura terapéutica y cómo constituye una herramienta súper rica para el autoconocimiento.
Muchas veces, sin embargo, no sabemos cómo empezar a utilizarla. En este artículo se proponen 4 ejemplos de modos en los que se puede trabajar con escritura terapéutica para incorporar cotidianamente como recurso expresivo.
Inicialmente, el famoso diario íntimo es una gran opción. A veces se juzga el uso del diario por considerarse infantil. Actualmente se ha renovado y modernizado la idea de tener un diario, llevándose al concepto de Journaling. El Journaling abarca múltiples modalidades, desde aquellas que se enfocan en algo más pautado y organizacional a otras más libres y creativas.
Considero que el Journaling debe adaptarse a las necesidades de cada persona, de modo que no hay un único modo correcto de hacerlo. Es recomendable tener un cuaderno donde escribir espontáneamente lo que se necesite expresar. El cuaderno se vuelve así depositario, compañero y reflejo del mundo interno de la persona.
Sobre estas páginas pueden volcarse sensaciones, ideas, proyectos, emociones, historias, productos de la imaginación, sueños…
Concretamente podemos pensar en 4 ejemplos en que podemos utilizar a la escritura de modo expresivo, terapéutico y para el autoconocimiento.
- Usar la escritura para narrar lo que aconteció en el día. Esto nos proporciona un registro concreto y a la vez nos permite reconocer qué nos fue pasando a lo largo del día. A veces llegamos a extremos de angustia y enojo sin saber de dónde proviene. El registro diario nos permite ubicar lo vivenciado y en qué medida nos afectó emocionalmente. Este registro puede servir también para observar en que áreas volcamos la mayor parte de nuestra energía, dándonos respuestas y permitiendo concientizar y redireccionarla en momentos en que sea necesario.
- Usar la escritura para expresar un conflicto. Cuando transitamos por conflictos, a veces, nos confundimos fácilmente. No sabiendo cómo salir de ellos o cómo resolverlos. Escribir el conflicto nos permite ubicar de mejor modo sus elementos, y nos ayuda en el esclarecimiento a tomar decisiones. Escribir nos ayuda, a se vez, a determinar el verdadero impacto emocional que eso tiene para nosotros.
- Usar la escritura para decantar y desarrollar ideas. Muchas veces, en períodos creativos y de mucha energía solemos estar llenos de ideas y de motivación. Este estado puede producir ansiedad, ya sea por querer hacerlo todo ya, por no saber cómo empezar o qué elegir, o por sentir que esas ideas pueden perderse u olvidarse. Escribir las ideas es una manera de darles un lugar seguro, examinarlas a fondo (¿Cómo se llevaría a cabo?) para poder decidir luego con cuál empezar, cuales son viables y cuales no, etc.
- Usar la escritura para registrar recuerdos. La escritura es una buena herramienta para explorar el pasado. Discursos que escuchamos, vivencias que experimentamos, logros, momentos difíciles… Es un medio de autoconocimiento sumamente valioso porque nos permite apelar a la memoria y revalorizar nuestra historia ayudándonos en el aceptación y la proyección futura.
La escritura, como hemos visto, presenta múltiples posibilidades desde el punto de vista terapéutico. A través de ella podemos indagar, sobrevolar, reencontrar, afianzar y descubrir aspectos propios que a veces se nos pasan por alto y muchas otras veces se olvidan.