5 técnicas de Mindfulness para la vida
Mindfulness es la práctica de la atención plena. Se popularizó mucho en el último tiempo dentro de la corriente de psicología cognitiva, atendiendo a las necesidades y demandas de la sociedad actual.
Como hemos mencionado muchas veces, el ritmo de vida nos lleva a transitar el día a día a modo de “piloto automático”, esto es: no reparar en los instantes ni en cómo nos sentimos, sino en hacer una cosa tras otra con muy poco registro de nuestro cuerpo y de nuestra mente.
Por esto, el Mindfulness se establece como una actitud de afrontamiento, un estilo de vida que puede ayudarnos a profundizar en el autoconocimiento para poder conectar con uno mismo.
Algunos de los Beneficios de la atención plena incluyen ayudar a reducir la ansiedad y el estrés.
Es necesario encontrar pausas donde detener las ocupaciones, alejarse de la tecnología y poder preguntarnos internamente cómo estamos en ese día y qué necesitamos.
Mencionaremos aquí 5 ejercicios que pueden emplearse cotidianamente con este fin:
1- Estiramientos. Tomar pausas en las ocupaciones para cambiar de posición, estirar el cuerpo, incluso caminar algunas cuadras o salir a tomar aire si estamos en un espacio cerrado, es fundamental para tener un registro del cuerpo y favorecer la movilidad.
Muchas veces pasamos horas en la misma posición sin siquiera registrarlo. Esto no sólo resiente el cuerpo sino también afecta el estado de ánimo. Por eso es recomendable tomarse el tiempo de estirar, desperezarse y elongar siempre que sea posible.
2- Pintar, dibujar, garabatear. Esta herramienta que poseemos todos, debemos utilizarla con mayor regularidad. Solemos escribir mucho más que dibujar, porque ese es el énfasis que la educación nos ha marcado, pero hacer actividades creativas nos ayuda a liberar la tensión. Implica dejarse llevar, sin juzgar ni corregir. Como acción liberadora genera efectos muy positivos en la salud mental. Pausar el trabajo o la exposición a pantallas para garabatear sobre un papel es un buen modo de conectar con nuestro aspecto creativo y de frenar la racionalidad, que muchas veces es la causante de las preocupaciones y el estrés.
3- Atender a lo sensorial. Un ejercicio interesante es poner la atención en la sensorialidad mientras hacemos actividades básicas: comer, hablar con alguien, caminar, estar al aire libre, pintar o escribir. Esto implica atender a los sentidos: ¿qué escuchamos? ¿Cómo se siente el lápiz o el pincel en la mano? ¿Qué sentimos en la boca al comer tal o cual alimento?
Atender a lo sensorial es fundamental para poder conectarnos con aspectos más esenciales de nuestra existencia. Los pensamientos muchas veces ocupan demasiado lugar, dejando de lado los funciones que nos vinculan con otros y con lo que nos rodea.
4- Meditación básica de un minuto diario. Esta técnica es muy recomendable para quienes encuentran el ejercicio de la meditación algo difícil o no encuentran el momento de hacerlo. Consiste en concentrarse en la respiración, en lo sensorial, aceptando los pensamientos que afloren, pero luego reconduciéndonos a la respiración y al Aquí-Ahora nuevamente. Hacerlo sólo por un minuto es una forma de concientizar cuán sencillo puede ser meditar en el día a día.
5- Autoregistro. Esta técnica implica chequearse regularmente durante el día. Atender a las necesidades más básicas que a veces, en el trajín del día se postergan o se pasan por alto. Registrar la respiración, si es agitada o tranquila, si estoy ansiosa/o o nerviosa/o por algo, si me duele alguna parte del cuerpo, etc. El Autoregistro permite conectarnos con lo que el cuerpo nos dice, y facilita poder hacer algo al respecto. Es una parte fundamental del ejercicio de la atención plena.
Si bien el Mindfulness por sí solo no va a resolver cualquier dificultad psicológica que tengamos, sus técnicas son un aporte interesante que puede mejorar la calidad de vida de quienes lo pongan en práctica.
Es recomendable consultar con algún profesional especializado para profundizar o personalizar las prácticas.