Bloqueo Creativo, ¿Qué es?
¿Que es un bloqueo creativo? ¿Es una manera de describir la situación de artistas que están estancados, sin ideas, en un parate o impasse? ¿O puede tener este concepto un alcance mayor?
Podemos llamar un bloqueo creativo, sencillamente al detenimiento de nuestra facultad creativa. Esto significa un detenimiento de la capacidad de crear algo propio. En los artistas y creativos esto se pone en juego más a menudo, por supuesto, porque la creatividad forma parte de su trabajo: es su motor.
Pero los bloqueos creativos implican algo más que eso, es la incapacidad, inhibición o detenimiento de la creatividad en cualquier persona, independientemente de cual sea su vocación u ocupación. La creatividad es la capacidad de construir algo propio, nuevo y singular con determinados elementos presentes en el entorno. La característica fundamental del ser creativo es que es espontáneo y no se atiene meramente a reglas estructurales externas o dictadas por otros. Es la capacidad de expresar y plasmar lo singular.
Concibiéndolo de esta forma entendemos entonces que la mayoría de las personas vive frecuentemente en un bloqueo creativo. Siempre que nos automaticemos y funcionemos cumpliendo reglas y normas, sin intervención de ideas o proyectos propios estamos en realidad bloqueando nuestra creatividad, aunque esto pueda deberse a causas distintas.
Muchas veces el sistema laboral funciona colaborando con estos bloqueos. En trabajos rutinarios, estandarizados y que no fomentan la motivación, las ideas y pensamientos propios, conducen a un camino de frustración y cansancio, porque no hay una intervención creativa en juego y el sujeto sólo tiene que cumplir y acatar.
Las inseguridades, el miedo, el estrés, el cansancio y la fuerte autoexigencia son otras causas que impiden el despliegue creativo.
Si lo pensamos un momento, todos tenemos la capacidad de vivir más creativamente. Cuando éramos niños pequeños creábamos sin dudarlo. De hecho, un rasgo de salud psicológica en la infancia es la capacidad de ser creativos: el dibujo, los cuentos, las canciones y los juegos simbólicos son formas de expresión espontánea. Sólo posteriormente estas capacidades se han visto cercenadas o censuradas.
El desbloqueo creativo tiene más que ver con remontarnos a la actitud lúdica y al juego de esos tiempos, antes que con aumentar la exigencia y culpabilizarnos por no poder hacerlo.
Disminuir las críticas, censuras y exigencias, cambiar de ambiente, salir de la zona de confort y asumir pequeños riesgos creativos diarios, son formas de fomentar la creatividad y permitirle aflorar.
Psicológicamente, hay muchos factores que influyen con estos bloqueos. Los mandatos familiares, por ejemplo, los discursos con los que hemos crecido, las frustraciones previas, colaboran muchas veces con la inseguridad, y el detenimiento de la función creativa.
Es interesante pensar que, si todos incluyéramos hábitos creativos cotidianamente, la creatividad tendría un lugar propio y esto tendría efectos sobre el trabajo, la vida familiar, los vínculos de amistad y de pareja, los intereses, la autoestima, la situación económica propia, entre otros.
¿Por qué? Sencillamente porque la creatividad, si se le da espacio, es una función que nos permite confiar en nuestra propia capacidad de cambio y transformación: nos da la capacidad de confiar en nuestras ideas, en nuestros proyectos, y esto tiene un impacto directo en cómo percibimos las situaciones que nos rodean y cómo podemos incidir en ellas.
De modo que los bloqueos creativos, no son solamente patrimonio de los artistas, son un terreno en el que la mayoría queda empantanado, y que es importante reconocer. Buscar las causas, indagar, profundizar en ellas en un contexto terapéutico colabora con el levantamiento de los bloqueos, y permite un trabajo de autoconocimiento, un atreverse que es análogo al acto creativo. Nunca sabemos que va a pasar después de iniciar una terapia o de crear algo propio, pero en el trayecto ocurre una transformación.