Cómo cambiar el mundo
Nacemos en un mundo en marcha donde la realidad que han construido nuestros ancestros durante generaciones, tiene vida propia.
La naturaleza es perfecta y el hombre, que es parte de la naturaleza también tiene en sí mismo la posibilidad de la perfección.
El hombre nuevo tiene que volver a la naturaleza y a través de ella recordar lo que ha olvidado.
Hasta ahora, muchas tradiciones y modos de hacer las cosas nos ayudaron a sobrevivir, pero de aquí en adelante esos conocimientos ya no nos alcanzan.
Ni siquiera la avanzada tecnología puede hacer demasiado y sólo un cambio de conciencia permitirá a cada individuo en particular la posibilidad de cambiar al mundo.
Es el paso hacia adelante en la evolución, un nuevo paradigma que sólo permite la evolución de la conciencia.
La conciencia es la mente del hombre, que no se encuentra en ningún lugar específico del cerebro sino en todo su cuerpo y en su ambiente. Es la inteligencia organizada que está en todas las cosas, es la conciencia de la naturaleza que tenemos que aprender a escuchar.
Hemos perdido la sensibilidad, que no significa la capacidad de sentirnos afectados sino la posibilidad de comprender lo elemental, y aunque todavía muchos siguen viviendo con el piloto automático, mirando sin ver y oyendo sin escuchar, estamos en el umbral de un gran cambio.
Así como un cardumen de peces cambia el rumbo ni bien uno de ellos emprende una nueva dirección así también el hombre cambiará su vida ni bien unos pocos comiencen a pensar diferente.
Es un cambio radical porque ya no se trata de agruparse para hacer la revolución sino de encontrarse con uno mismo y realizar la propia revolución interior.
Cuando un hombre cambia, el mundo, que es un reflejo de él, también cambia, porque sus ideas se propagan más rápido que ninguna otra cosa, a la velocidad del pensamiento.
La gente admira e imita a todo aquel que se atreve a ser diferente. Los líderes arrastran multitudes sin intención, con la fuerza de su carácter y su tenacidad.
El nuevo líder expresará su propia naturaleza sin dobleces y no le importará las opiniones ajenas, porque sólo escuchará a su conciencia.
Una nueva manera de pensar y de actuar tiene el mismo efecto de una piedra en el agua, produce una onda expansiva que se extiende a su alrededor hasta la orilla.
Estamos conectados con hilos invisibles y tenemos la capacidad de percibir señales con el pensamiento desde lugares muy lejanos, desafiando las leyes de la física, porque para el pensamiento no hay espacio ni tiempo.