¿Cómo relacionarme con una persona demandante?
En primer lugar tendríamos que preguntarnos, ¿Cómo es una persona demandante? o ¿Qué significa que una persona sea demandante?
Todos tenemos una parte demandante, porque todos en cierto punto necesitamos del otro. La demanda es aquella que nos lleva a pedir, solicitar, reclamar o exigir, dependiendo desde dónde se ponga en juego, algo a otro.
En la infancia todos estamos en posición de demanda, porque el ser humano necesita del otro para poder desarrollarse. Esa dependencia y vulnerabilidad inicial se va contrarrestando con el grado de autonomía que se pueda ir adquiriendo con el paso del tiempo. Sin embargo, en cierto sentido esta posición de demanda puede seguir estando presente a lo largo de la vida.
La persona demandante a la que nos referiremos en este artículo es aquella que suele pedir o exigir a otro de manera muy recurrente. La demanda puede ser de cariño, de contacto físico, de atención. O puede ser demanda directa de cosas materiales, favores o todo tipo de atenciones de parte del otro. En líneas generales, toda demanda es una demanda de amor. El individuo pide porque probablemente algo de esa contención, atención o cercanía no pudo ser consolidada en su momento.
Los individuos demandantes pueden llegar a ser insaciables, es decir, que no importa cuanto se les de, siempre lo considerarán insuficiente o no podrán dejar de hacerlo. El vínculo con personas de este tipo suele ser difícil. En muchos casos, no duran demasiado porque la persona demandada se cansa y se aleja.
Pueden presentarse problemas de celos porque quien es demandante exige atención prioritaria y no tolera cuando ésta se divide entre otras personas. La demanda además suele ser tan invasiva que no se registra muchas veces la respuesta de la otra persona, pudiendo pasarse por alto límites o atentando contra la intimidad y la privacidad del otro.
En ese afán de contacto y de atención se pueden avasallar todos los obstáculos que se presenten, y en muchos casos, se pierde todo sentido de lo que corresponde o no, porque el foco está directamente orientado a lo que se quiere conseguir.
En estos casos, es muy importante que la persona que está siendo objeto de esa demanda pueda posicionarse de un modo en que pueda preservarse a sí mismo, transmitiendo al otro la imposibilidad de cumplir enteramente con lo que se le pide.
Si la persona demandada huye de la situación, quien demanda encontrará la forma de seguir haciéndolo. Siendo incluso esa evitación motivo de un incremento de la ansiedad y la sensación de rechazo.
Es muy importante poder transmitirle cuando excede los límites o la intimidad y apelar por sostener esos límites, haciendo que se visibilicen y que se respeten.
Responder a todas sus demandas no le ayuda a la persona a registrar su exceso. Por eso, el mejor modo es el de poder transmitir lo que se siente con esa demanda tan reiterada. La comunicación emocional siempre es la mejor manera de intervenir en estas situaciones. Poder expresar cómo uno se siente y cuán importante es que los propios límites se respeten para que ese vínculo pueda seguir adelante.