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¿Cómo vivir creativamente?

Publicado por Lic. Maria V.

La pregunta es cómo -y también podríamos agregarle por qué y para qué- vivir de manera creativa, para entender en qué nos puede beneficiar desde el punto de vista psicológico.

Las respuestas son tan variadas que dependen en cada caso de la persona individualmente pero sí podemos puntualizar en líneas generales qué implica vivir creativamente y en qué sentido puede ser beneficioso.

Vivir de manera creativa implica estar en consonancia con los propios ritmos y con la propia energía creativa.

Darse un tiempo cotidianamente por fuera de los quehaceres y obligaciones para poder contemplar con sensibilidad y/o llevar a cabo acciones que sean transformadoras, que impliquen un cambio en nuestro entorno inmediato.

Atender a las sensaciones sensoriales, a los sueños, estar en contacto con la naturaleza, permitir el movimiento corporal libre, pintar, escribir espontáneamente son recursos que nos ayudan a la expresión creativa cotidiana.

Si logramos vincularnos con estos aspectos expresivos nos permitimos avanzar en el autoconocimiento, explorar nuevos aspectos de uno mismo y ejercer un poder de cambio en las situaciones que nos rodean.

La creatividad implica la posibilidad de transformar. Incluso desde una posición o una mirada. Podemos transformar el escenario que nos rodea si nos permitimos contemplarlo desde otro lugar. Y esto es lo que caracteriza a la posición creativa, no tanto respecto a “lo que se haga”, sino a “desde qué lugar”.

Vivir en relación a los aspectos creativos nos permite generar cambios y transformaciones. Nos permite explorar las múltiples facetas que forman parte de quienes somos en lugar de vivir desde una sola perspectiva y desde un solo rol.

Esto es fundamental para la autoexploración y la construcción de un camino propio. La creatividad nos permite cuestionar lo «dado», lo fijo, lo inflexible, para encontrar variaciones y alternativas allí donde creíamos que no existían.

Lo creativo nos conecta con una energía primaria y profunda, que trasciende nuestro ser individual. Nos invita a la acción, a desafiar la incertidumbre, y al riesgo de dar un paso aunque no sepamos cuál va a ser el resultado. Esto, por definición, es una gran metáfora de aquello que se nos presenta en la vida, que nos confronta con la elección, con la apuesta y el desafío.

Vivir creativamente va a estar íntimamente relacionado con nuestras propias habilidades expresivas, que por supuesto, se desarrollan en la medida en que las pongamos en movimiento.

Si bien la creatividad es más amplia que los modos de expresión artística, y abarca todos aquellos modos de observar y resolver situaciones cotidianas, sí es cierto que la expresión artística espontánea es una vía fundamental para poder movilizar y desplegar esa energía. 

Por lo tanto, explorar con el baile, la escritura, la pintura, el modelado en arcilla o cerámica, el teatro, la música, entre otros, nos pueden ayudar a desplegarla y potenciarla.

Vivir creativamente implica poder darnos tiempo en la cotidianeidad para experimentar alguno de estos modos expresivos de la manera más libre y espontánea que sea posible. Para muchos, la meditación, el yoga, el trabajo con la tierra (huerta) son actividades que permiten una conexión con el mundo interno y, por lo tanto, colaboran con ese movimiento de energía creativa. Sería interesante en esos casos poder explorar cómo expresar luego artísticamente esa energía que se movilizó.

Darse tiempo para estas actividades cotidianamente, con la salvedad de que sean lo más libres y espontáneas que sean posibles, va a predisponer a que nuevas ideas y enfoques se encuentren a lo largo del día a día. Repercute en la salud psíquica, emocional y vincular, y transforma la percepción y la acción del individuo en relación a su entorno.