Amor de hombre
Ovidio fue un poeta célebre que nace en el año 43 antes de Cristo en Roma. En la primera parte de su vida escribe un poema titulado Arte de Amar, en el que describe las enseñanzas para vivir plenamente este sentimiento humano.
Existen tres fases en el arte de amar de los hombres:
Descubrir: La joven idónea para ti has de buscarla tú con tus propios ojos y los pequeños detalles cautivan a los espíritus sensibles.
Conquistar: El sexo viril tiene que ser el primero en suplicar a la mujer, enseguida ella asumirá vencida el papel de suplicante. La iniciativa ha de partir del hombre. Sea el hombre el primero en acercarse.
Tanto las que acceden como las que se niegan, se alegran no obstante de que se las corteje.
Ideales son las misivas cariñosas y las promesas y muy útil la elocuencia.
Belleza sin aliño cuadra bien a los varones.
Mantén buen comportamiento en los banquetes, cuidándote de la bebida.
Los requiebros son bienvenidos. No te quedes corto en prometer.
También son útiles las lágrimas y los besos, incluso hasta la violencia en un arrebato de pasión.
Cuidado con tus amigos, pueden traicionarte. No es cosa libre de riesgos elogiar a tu amor delante de tu amigo, tras haber creído en tus alabanzas él mismo te substituye.
Mantener: Una vez conquistada la presa hay que mantenerla.
Cualidades del espíritu mejor que hermosura física, sólo él permanece hasta la pira funeraria. Y pon también especial interés en cultivar tu mente…
Amabilidad ante todo.
Hay que insistir. Aunque no sea lo suficientemente cariñosa contigo, insiste y mantente firme, llegará un día en que se ablandará. Dejándose llevar se atraviesan a nado las aguas. La condescendencia consigue domar a los tigres y a los leones.
Cuando ella te lleve la contraria, cediendo saldrás vencedor.
Ofrécele regalos a tu amada, aunque no haya motivo.
Poco pueden los versos ante el dinero, pero algunas saben apreciarlos.
Manifiesta tu admiración por sus encantos.
La costumbre favorece el amor y las ausencias momentáneas son también un incentivo amoroso, pero no te ausentes demasiado tiempo.
Que no se entere de vuestra aventura con otra, pero a veces resulta beneficioso que ella se entere de tu infidelidad.
La unión amoroso reconcilia. Ofrécele ese poderoso medicamento cuando esté enojada.
Cuando ella quiera te acercarás, cuando te rehuya te alejarás.
En el amor, no hay que apresurar el placer de Venus, sino retrasarlo poco a poco con morosa lentitud. No dejes atrás a tu amada ni te adelantes en la travesía, llegad a la meta al mismo tiempo. Es la norma a la que debes ajustarte cuando tienes tiempo de sobra y el temor no apresura la acción furtiva. Pero cuando el demorarse tiene riesgos conviene lanzarse a todo remo.
Sólo aquel que se conozca a sí mismo amará con talento.