El autoboicot, ¿cómo reconocerlo?
Es por demás conocido ese mecanismo mediante el cual justo cuando se está por cumplir lo que queremos «algo pasa», retrocedemos o empezamos a poner trabas en el camino.
El autoboicot es compañero del miedo, es un aliado que le permite frenar antes del riesgo, dar una vuelta de 180 grados exactamente cuando se está por llegar al lugar deseado.
Pero ¿qué pasa si cumplimos lo que deseamos? Muchas veces es esto lo que genera temor. Desde el Psicoanálisis se piensa al deseo como aquello que nos moviliza, que nos hace avanzar, buscar, desarrollarnos. Si el deseo se cumple se puede temer inconcientemente que todo termine, quedar inertes, quietos. Paradójicamente, si el deseo no se asume, muchas veces implica quedarnos quietos, retroceder, o no poder actuar.
El autoboicot deshace los movimientos del deseo, frena, recalcula, a veces sabotea de manera muy clara nuestros logros y esfuerzos. Según Freud, algo de esto está asociado a la Pulsión de Muerte, ese impulso destructivo, que necesita romper, separar, desarmar.
Detrás del autoboicot puede haber situaciones muy diversas: como mencionamos antes, el miedo puede ser su iniciador, la falta de confianza o baja autoestima puede hacer que se descrea del merecimiento de tal o cual logro, anulándolo o desarmándolo. Algunos autoboicots son claramente destructivos en tanto atentan directamente contra la persona, su salud e integridad. Muchas situaciones de adicciones, por ejemplo, podrían ser leídas en relación a esto.
Los autoboicots, sin embargo, pueden entrar en escena de manera mucho más sutil. La falta de ganas, el cansancio, los olvidos recurrentes, la perpetuación de hábitos no saludables, la reiteración en vínculos y en escenarios que son dañinos marcan el recorrido de aspectos autodestructivos.
Llegar tarde a esa cita laboral importante, perder aquello que había costado tanto conseguir, continuar sosteniendo ese vínculo que menosprecia, cela o anula. Muchas veces hacemos todo lo contrario a lo necesario para seguir el camino del deseo. La desorganización y el caos suele ubicarse en estos lugares. El orden y la inflexibilidad extrema también. Los dolores y síntomas corporales, las enfermedades, también se suman a la lista.
Autoboicot es todo aquello que reiteradamente impide la realización de las propias elecciones subjetivas. Aquel obstáculo que no casualmente siempre está presente, mucho más cuanto más cerca se encuentre el objetivo.
Dado que muchas veces es sutil y se enmascara en las injusticias del mundo, los obstáculos de la vida en general o en gran cantidad de excusas, el autoboicot debe ser concientizado y elaborado para poder desarmarse.
Cuando hablamos de aquello que es inconsciente nos referimos precisamente a lo que escapa de nuestro control. Lo que incluso podemos ver y criticar con claridad en otros, pero no detectar en nosotros mismos. La terapia permite que esa invisibilidad se despeje, que aparezcan asociaciones, palabras, recuerdos, reflexiones. Gracias a este trabajo, en el mejor de los casos, se podrá vislumbrar el mecanismo de autoboicot y poder trascender el sabotaje que despliega.
Reconocer los propios mecanismos habilita la acción. Permite aceptar la función que cumple el autoboicot (para qué interviene? Que nos ahorramos al boicotearnos? Que evitamos?), para luego poder traspasarlo, desarmarlo cuando sea necesario para poder construir o sostener el deseo y el propio camino.