El Camino de la Realización Personal
Para realizarnos en la vida es necesario conocer nuestra propia naturaleza y vivir de acuerdo a ella. A medida que logremos más acceso a nuestro verdadero ser, también iremos teniendo espontáneamente pensamientos creativos.
El silencio interior ayuda a conocernos mejor y el contacto con la naturaleza nos hará tomar conciencia de la inteligencia que existe en todo y a aceptar las cosas como son.
Cuanto más demos a los demás más recibiremos. Dar a los otros para crear felicidad sin sentir que estamos perdiendo algo. La generosidad vuelve multiplicada y la manera más fácil de obtener lo que deseamos es ayudar a los demás a conseguir lo mismo.
Actuar correctamente nos ayuda a alcanzar nuestras metas porque la confianza que generamos abre muchas puertas. La acción correcta es la que nos hace sentir bien, nos da felicidad a nosotros y a quienes nos rodean.
El que hace lo que le gusta no tiene que esforzarse porque su tarea le resulta fácil y agradable, por eso, la ley del mínimo esfuerzo nos asegura que estamos haciendo lo correcto. Cuando aparezcan las oportunidades el esfuerzo será espontáneo y placentero porque estamos concretando lo nuestro.
La atención da energía y la intención transforma. Cualquier cosa a la cual prestamos atención crecerá con fuerza en la vida y la intención organizará su realización. El acto de dirigir la intención sobre el objeto de la atención desencadenará una infinidad de sucesos espacio temporales orientados a producir el resultado buscado.
Para lograr cualquier cosa, debemos renunciar a nuestro apego a ella. Tan pronto como nos rendimos, abandonando nuestro interés por el resultado, combinando nuestra intención concentrada y el desapego, conseguiremos lo que deseamos. El desapego se basa en la confianza incuestionable en el poder del verdadero yo. El apego en cambio se basa en el temor y en la inseguridad.
Cada uno de nosotros tiene una capacidad única y una manera única de expresarla. Para esta cualidad personal única existen también necesidades únicas. Cuando expresamos nuestras capacidades y satisfacemos así necesidades, creamos riqueza y abundancia sin límites para nosotros y para los demás.
En lo que hay que concentrarse es en preguntarnos a nosotros mismos: ¿cómo puedo ayudar a los demás? y ¿cuál es mi capacidad única? Son las dos preguntas esenciales que tenemos que hacernos para conocer nuestro verdadero camino.
Poniendo toda nuestra energía en esa actividad que nos agrada, que hacemos mejor que ninguno, que nos hace sentir bien, y que nos hace perder la noción del tiempo, nuestra realización personal está asegurada, porque todo lo que nos rodea se transformará para que se haga posible lo que deseamos.
Pongámonos en marcha entonces, el conocimiento de nosotros mismos es el primer paso.