Selección de Personal Según su Nombre
Dime cómo te llamas y te diré quién eres
En los Estados Unidos existen consultorías y analistas para casi todo, incluso en nombres para bebés.
Cada día más, los padres sienten la necesidad de encontrar el nombre correcto para sus hijos que les de una ventaja el día que tengan que acceder a un empleo, porque a la hora de elegir, los expertos en este tema creen que hay nombres que se consideran más “profesionales” que otros.
Esta preocupación de los padres en el país del norte, líder en la especialización de todos los aspectos de la realidad, se convirtió en un lucrativo nicho laboral, utilizando también los conocimientos de gente que se dedica a explicar los orígenes y significados de cada nombre.
Para los norteamericanos hay algunos nombres que parecen pertenecer a una persona de color y otros no, o son más inusuales sin ser ridículos, por lo cual, la selección de nombres puede predecir tanto a los padres como a los colegios que irán los hijos.
Según un discutido estudio realizado en las universidades de Harvard y Chicago en 2003 que ha recibido muchas críticas, los investigadores enviaron cientos de “currículums vitae” con antecedentes idénticos y sin fotografías, pero con nombres que “sonaban” a blancos o negros. Los resultados fueron que los que “sonaban” a blancos recibieron un 50% más de llamados para concertar entrevistas.
En Argentina no hemos llegado aún a tales extremos pero es un hecho real que muchos aspirantes a celebridades cambian sus nombres por uno que “suene” como alguien exitoso.
En Estados Unidos se publicaron en los últimos tres años más de ochenta libros sobre nombres para bebés, treinta más que los años anteriores, señal que la gente en general está convencida de la veracidad de la relación nombre-trabajo.
En Internet también se advierte que han aparecido páginas ofreciendo todo tipo de información relacionada con la influencia que tienen los nombres en la vida de una persona, con registros estadísticos y la cantidad de veces que en Estados Unidos se utilizó el nombre que el consultante desea ponerle a su hijo, año por año, desde 1880 hasta hoy.
Las consultoras ofrecen listas de doce nombres “ideales” según las características e intereses de los padres por una suma razonable, y además, permanecen atentos a las tendencias determinadas muchas veces por figuras públicas, padres con ingresos elevados y títulos académicos.
Un nombre selecto se puede depreciar en sólo diez años, porque de cada bebé de clase alta con uno de esos nombres, es inevitable que 5 niños de bajos ingresos reciban uno de esos nombres.
La tendencia a usar los nombres menos usados puede llevar al extremo de ponerle a los hijos nombres demasiado singulares que a la hora de buscar trabajo, según las mismas estadísticas, suelen recibir menos respuestas que los nombres comunes.
Todo esto nos comprueba una vez más que la discriminación en muchos sentidos existe a la hora de seleccionar personal.
Desde mi experiencia, durante mi trabajo en selección de personal, me consta que en el momento de la decisión se privilegiaba el perfil «de onda» que se consideraba adecuado para representar a esa consultora, como factor adicional al curriculum.