Psicología
Inicio General, Psicología Laboral La habilidad de trabajar en equipo.

La habilidad de trabajar en equipo.

Publicado por Lic. Maria V.

Poder trabajar en equipo es una de las habilidades más requeridas en el mundo laboral actual. Y, además de ser una competencia muy buscada, no es tan fácil de encontrar o desarrollar.

Trabajar en equipo implica mucho más que ser bueno socialmente, compartir con otros e intercambiar ideas. Abarca, en parte, estas características pero incluye muchas otras que la transforman en una habilidad compleja.

Un equipo implica un grupo de personas con una meta final en común, es decir, más que un mero conjunto de individuos.

Hay un valor agregado que posee el equipo que implica algo más que la suma de los trabajos individuales.

En esta configuración se entiende que cada miembro cumple un rol particular, que se articula con el de los otros para poder llegar a ese objetivo en común.

El armado grupal se constituye de tal modo que no se puede lograr tal objetivo sin la participación del rol de cada uno.

Por esto, motivar a otros es una parte central en el trabajo en equipo. Se trata mucho menos del brillo personal que de la capacidad por potenciar logros en otros.

La figura del líder es la que frecuentemente está preparada para cumplir esta función. Sin embargo, el buen liderazgo está asociado con la capacidad de establecer interacciones horizontales, e intercambio de información y motivación mutua que no implique necesariamente un orden de autoridad jerárquica.

El trabajo en Equipo implica ante todo buenas estrategias comunicativas, que permitan hacer llegar al otro, de la mejor manera posible, cuál es la necesidad o qué  se requiere de su función específica para llegar a lograr el objetivo.

Competencias como la Empatía y la Asertividad, por ejemplo, son esenciales para desenvolverse correctamente en estos ámbitos.

La competencia con el otro, la agresividad, el narcisismo y egoísmo son características que actúan en detrimento del grupo y dificultan el trabajo conjunto.

El equipo como tal, como representación simbólica, debe asumirse por los miembros como propio, entendiendo la influencia de cada uno en ese conjunto que los excede como individuos.

Para que funcione, debe haber una creencia de que el fin que se busca es valorado. Debe haber un convencimiento de que llegar a ese lugar implica un bien para ellos mismos y para otros. Y se debe estar dispuesto para ceder, negociar, acordar, asumir que la idea propia no siempre será la que triunfe, y trabajar en la construcción de una idea y proyecto de carácter grupal.

Las personas que verdaderamente pueden desarrollarse personalmente en situaciones de grupo son altamente requeridas en el mundo laboral actual porque, sencillamente, la mayoría de los proyectos e iniciativas no pueden ser alcanzados por un solo individuo.

Para este fin y dado que es fundamental en el armado de Emprendimientos, Agrupaciones, Cooperativas y organizaciones, se suelen buscar personas que tengan estas potencialidades y que puedan ayudar a desplegarlas en otros.

Esta actitud de liderazgo es esencial para el funcionamiento grupal, posibilita la intervención y resolución de conflictos cuando se requiera. Pudiendo volver al objetivo central una y otra vez y fortaleciendo los modos comunicativos y el ejercicio de roles.