Munch: las emociones en el Arte.
Munch fue un pintor y grabador noruego nacido en 1863 y fallecido en 1944.
Por medio de sus obras ha mostrado como nadie la emoción humana. La angustia, la ansiedad, el miedo, el amor, los celos, el placer. Abordando temáticas intensas como la enfermedad, la muerte y la sexualidad. Fue muy criticado al comienzo por mostrar escenas tan crudas y sombrías.
Sin embargo, con el pasar del tiempo su éxito fue rotundo, aunque nunca libre de polémica. Y sus obras fueron precursoras del expresionismo alemán.
El expresionismo fue un movimiento artístico que utilizaba la deformación como herramienta expresiva. Ya no interesaba representar la realidad fielmente, sino poder transmitir emociones, estados de ánimo y sentimientos.
Mediante estos procesos los personajes se abrían al mundo para mostrar sus dramas, sus temores y deseos, siendo vehículos de las emociones del artista.
A su vez que Munch nos habla en sus obras de él mismo, nos habla también de todos. En su obra combina lo universal y lo personal de un modo fantástico.
Como él mismo decía: así como el interés de Leonardo Da Vinci lo llevó a estudiar anatomía, su interés era indagar en las cuestiones del alma.
Y además, solía manifestar: «Yo no pinto lo que veo sino lo que ví».
Recurría a sus vivencias, sus impresiones pasadas para mostrar las emociones propias, de su entorno, y con ellas, las de la humanidad.
Habiendo perdido a su madre a los 5 años a causa de tuberculosis y tiempo después a una hermana, por la misma causa; la oscuridad de la muerte y la enfermedad formaron parte de su vida desde pequeño.
Otra de sus hermanas padeció de Esquizofrenia, lo cual provocó en él gran temor a sufrir algún trastorno mental.
Su padre, rígido, exigente y ultra religioso no constituyó una figura de sostén.
Munch sufrió de alcoholismo y transitó por internaciones psiquiátricas.
«La enfermedad, la locura y la muerte fueron los ángeles que rodearon mi cuna y me siguieron durante toda mi vida.»
Su vida y su sufrimiento eran según él la base de su capacidad creativa, el motor que lo impulsaba a expresar y crear.
Los nombres de sus obras reflejaban su intención por comunicar la emoción que acompaña los distintos sucesos de la vida: Melancolía, Ansiedad, Amantes, El Grito, Amor y Dolor, entre muchas otras.
El grito, su obra ícono, representa el miedo que lo invadió un atardecer caminando con dos amigos en Oslo. Es el grito que oyó pasando a través de la naturaleza.
Munch hizo cuatro versiones distintas de esta obra, con la finalidad de indagar desde otras ópticas en esta emoción que quiso transmitir. A menudo hacía varias versiones de la misma obra, no queriendo repetirse sino indagando en las temáticas que mostraba.
En su obra Ansiedad, quiere expresar esta emoción y el sentimiento de desasosiego de las sociedades modernas.
El rol de la mujer es sumamente interesante a lo largo de su obra: los contrastes entre la mujer virginal, la mujer sexual o femme fatal, y la mujer mayor, son reiteradas en distintos escenarios.
Munch se interesó por el simbolismo, utilizando el color no de modo realista sino por lo que lo ayudaban a manifestar.
Su obra nos muestra Arquetipos: estructuras universales que permiten la creación de símbolos.
Observar sus cuadros nos conectan con nuestras propias sombras, nos muestran la angustia, el terror, la sexualidad, nos confrontan con el vacío de la muerte. Quizás por esto la sociedad de la época lo rechazaba, porque Munch se encargó de mostrar lo oculto, lo que era Tabú.
Es movilizante observar lo que Munch pintó. Pero a su vez, es un modo de vincularnos con nuestras propias emociones, con eso oculto, inconciente de cada uno y con lo que compartimos universalmente.