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Tú puedes manejar tus reacciones ante los demás

Publicado por Israel Rios

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Esta reflexión que hoy te exponemos en este artículo ya la hemos realizado en otros anteriores, pero en esta ocasión la vamos a exponer un poco mejor.

El querer controlar a los demás es una de las causas más grandes de infelicidad, el querer que los demás bailen a nuestro son y que sean como nosotros queremos es motivo de angustia ya que no podemos obligar, en principio, a otros a ser como nosotros quieran que sean.

Lo único que podemos cambiar es a nosotros mismos y entrar en ese camino de cambio personal es lo más cercano que podemos conocer de la verdadera felicidad.

Una persona nos puede tratar fatal, insultarnos incluso, faltarnos el respeto y la reacción en el 99,9 por ciento de las personas es de lanzarnos sobre quién se está comportando de esa forma con nosotros.

Cuantas personas no habrán perdido la vida por ese tipo de reacciones tan mecánicas y características del ser humano, el ojo por ojo, diente por diente.

Muy bien, volviendo a lo primero que hemos expuesto, realmente si nos creemos dueños de nosotros mismos, algo que está realmente muy lejos de la realidad, entonces podemos elegir de forma sabia y coherente con el sentido común, no reaccionar ante las palabras o comportamientos hirientes de los demás. Sin embargo para poder conseguir eso, no solo hay que estar muy atento ya que son reacciones casi automáticas, sino que hay que tener un entrenamiento psicológico y emocional previo que nos lo permita realmente.

Estas personas te pueden quitar todo en la vida excepto una, la posibilidad de reaccionar como tú quieras y no como ellos esperan. De esta forma solo tú decides tu propio camino en la vida y no los demás tocando la música a la que ellos quieren que bailes.

Pensemos que al final, a pesar de las provocaciones, cada uno somos responsables de nuestros propios actos y por ellos nos van a pedir cuentas.

Si quieres puedes seguir viviendo con la metralleta en la mano dispuesto a enfadarte y responder a toda aquella persona que amenace mínimamente tu integridad o puedes hacer un esfuerzo y convertirte en el tipo de persona que realmente te gustaría ser, una persona mansa, capaz de encajar la crítica y la ofensa de forma inteligente, o sea, sin que nos afecta hasta el punto de que la ira haga presa de nosotros llevándonos a un callejón sin salida realmente.

Para ello debemos de realizar los siguientes pasos. En primer lugar si percibimos que estamos siendo atacados no nos pongamos a la defensiva de forma inmediata ya que si lo hacemos así podremos tomarnos un minuto para poder respirar profundamente y que cambien las circunstancias al tomar las riendas de nuestra propia reacción.

Aprende a aceptar la situación a las personas. Estas personas que quieren provocarte, etc, no son personas que merezcan la pena en tu vida, cuanto antes los aceptes antes desaparecerán de tu vida.

Esto no quiere decir que no puedes defenderte pero hazlo de forma tranquila, sin interrumpir, sin mostrarte iracundo, hiriente en las palabras, irónico, cínico, etc. Se tolerante, paciente, amable pero no de manera forzada.

Verás como cambian las circunstancias alrededor de tu vida con esta nueva y sorprendente actitud.