5 síntomas frecuentes de ansiedad.
La ansiedad es uno de los cuadros más frecuentes de nuestro tiempo. Implica, en resumidas cuentas, un impulso a ir más rápido que la vida. Esto implica estar adelantándonos siempre ante lo que sucederá, tanto negativo como positivo. La ansiedad nos empuja a pensar panoramas y desenlaces que desconocemos, a apurar los ritmos y procesos, y muchas veces a forzarlos.
La ansiedad pretende adelantar tanto aquello que causaría disfrute como lo que se consideraría un peligro. Está regida por el lema «todo y ya» y suele inundar con su clima de confusión. En ese panorama de Todo y Ahora, la elección es difícil y no se respetan los procesos necesarios para que las cosas se desarrollen.
El estado de ansiedad es siempre de expectativa, la mayoría de las veces angustiada, acerca de lo que pueda acontecer. Algo de ansiedad es esperable en la vida, porque los cambios movilizan ansiedades. Dejar todo en una continuidad donde no hay variaciones y nos movemos en terrenos conocidos, neutraliza la ansiedad, pero nos deja quietos, sin posibilidad de movimiento. La ansiedad forma parte del cambio y del devenir, pero debe estar restringida a momentos puntuales, y el problema se constituye en la actualidad porque la ansiedad suele ser la norma, está presente de modo permanente, en una sociedad que siempre necesita más cosas y más rápido.
En momentos de ansiedad el psiquismo está en estado de alerta y de expectativa. no puede descansar o relajarse, está siempre esperando algo. Y esta situación trae, por supuesto, una sintomatología asociada.
Algunos de estos síntomas los describiremos a continuación. Si bien el espectro es sumamente amplio, enumeraremos 5 de ellos, que son muy frecuentes en los cuadros que más se ven en las consultas actualmente.
- Falta de aire. Suele ser uno de los síntomas más frecuentes y se caracteriza por la dificultad en ingresar el aire y/o sensación de opresión en el pecho. Esto puede escalar hasta sentirse sensación de ahogo. Es un síntoma que suele generar gran temor, siendo potenciado y agudizado por este temor que se le asocia.
- Aceleración del pensamiento. Caos de ideas, multitud de tareas a realizar que no cesan de circular en la mente, obstáculos o potenciales peligros futuros que se repiten. Produce una sensación de incomodidad, de no poder relajarse y lleva a dificultades para organizarse, para concentrarse y seguir con las tareas cotidianas.
- Palpitaciones. Aceleración del ritmo cardíaco o sensación de que el corazón no funciona como de costumbre. Esto suele generar también temor que agudiza el síntoma.
- Tensión muscular. El estado de alerta constante lleva a tensionar los músculos y que, incluso sin notarlo, la persona esté en contracción muscular permanente. Esto puede llevar, en casos de picos de ansiedad, a contracturas y dolores musculares, que pueden traer otros síntomas como mareos, por ejemplo.
- Necesidad de moverse constantemente. Mover las manos o piernas a modo de descarga, hacer movimientos repetitivos, o tener que caminar de un lado al otro, o llenarse de actividades, con dificultad para sostener momentos de relajación corporal y quietud.
Las descripción de estos síntomas son a modo informativo para poder reconocer momentos de mayor ansiedad y poder tomar las decisiones adecuadas. Frenar con las exigencias, hacer consulta médica y/o psicológica es importante para poder establecer un diagnóstico adecuado e iniciar, en el caso de ser necesario, un tratamiento acorde a las necesidades del caso.