Deseo y Ley, Ley y deseo
Hagamos un repaso muy esquemático de los tiempos del Edipo, d ellos tiempos lógicos.
En el primer tiempo -los tiempos son siempre metafóricos- tenemos la gran idea de la metáfora paterna. Este primer tiempo implica la gran solución a la «x» del deseo materno; es el «fi» (falo) la fuente de todas las «locuras» de la madre, lo que hace que después eternamente los hombres la quieran tener más grande y nieguen constantemente el tema de la castración del otro, etc.
Eso estará en negativo en la neurosis o afirmado en una certeza en la perversión pero eso ha sido el primer tiempo.
Después viene el segundo tiempo,en el que el niño va a sentir un cimbronazo. Vuelve a aparecer la metáfora.
Es como darle las gracias al padre, porque lo conoce a través de la madre, que lo ha ubicado.
Es decir, en el inicio, el primer tiempo, podemos escribir así
NP / S’; y la solución que aparece es «fi»: el objeto imaginario tapón.
Lacan dice «fi» (en positivo) pero después lo negativiza: «-fi» (menos fi) Ese menos es leído por Lacan como la privación de la madre. En el caso del niño varón es toda una historia porque es más bien una cuestión de amenaza imaginaria.
Uno suele tener la idea más «vulgar» si se quiere, como resto de la vulgata freudiana, de que este primer tiempo hay que dejarlo como que no tiene que ver con el padre, y que cuando viene el padre, introduce en la casa la castración. Podemos decir que sería Moisés con las tablas de la ley.¡Pero lo que se oculta que ese Dios ya había inventado la solución fálica! Ya había puesto el becerro de oro y ahora viene y te dice «¡ni se te ocurra verlo!»…
Ahora veremos que va hablar del segundo tiempo. Y esto tiene que ver con la Ley y el deseo. Pero no en términos de que el niño nace con un goce loco, descontrolado, fuera de todo cánon cultural, y viene al padre a poner su Ley y reprime todo eso. Si uno como analista tiene esa posición -que la ha tenido siempre el psicoanálisis, y Freud también, aunque Freud nos dejó todas las paradojas- se podría decir que
llegas al final del análisis pero hay una roca, y es que la roca te retorna esto: «Yo quiero el falo, aquél, el viejo, bueno» Freud dice que era esa roca al final.
Pero ya Lacan, por el planteo que hace aquí en el Seminario 5 «Las formaciones del inconsciente», quiere demostrar que no es tan simple como decir que es la aparición de la ley contra el deseo la que opera allí. Sino que ésta es una ley que empalma con el deseo mismo o el argumento de que la ley es la que inventa el pecado.
Seguiremos el post siguiente con esta temática del Edipo y su tiempos lógicos.
FUENTE: LACAN, JACQUES. EL SEMINARIO DE JACQUES LACAN. LIBRO 5 «LAS FORMACIONES DEL INCONSCIENTE» ED. PAIDÓS. Buenos Aires.