El ideal: imagen y significante
Esta discusión que empecé a transmitirles en el post anterior, estaba planteada, en el Seminario 5 de Lacan, en relación a la regresión especular; al estadio del espejo tal como había sido abordado desde la etología. Ante esto, Lacan plantea que existe algo que rompe con eso: el significante, lo simbólico. Que inevitablemente lo rompe en tanto estamos atravesado por él.
Podemos decir entonces que el debate en este punto (y retomando el post anterior) es cómo juntar, como unir la imagen al significante.De hecho hay el capítulo que se llama así: de la imagen al significante. Porque el debate terrible en ese momento era cómo juntar eso.
Podríamos hacer la observación de que en la perversión hay una dificultad de pasar al significante, de quedar fijado en una imagen. Pero es que es un significante. Es una imagen y es un significante con toda la prevalencia que quieras.
Lo primero que se nos ocurre para explicar que un hombre tenga una erección por un zapatito, por ejemplo, es la primacía de esa imagen. Y luego piensas…bueno, «para gustos, los colores..aunque ¡¿un zapatito…!?» Porque cuando las imágenes son por ejemplo otras: partes de cuerpos de mujer, de su desnudez, nos parece que eso sería como más realista, más «genuino». Pero no es así, porque resulta que ella tiene que tener un sujetador negro, de tal forma, y unas bragas de encaje, por ejemplo…¿Entonces? ¿qué desencadena la cosa? ¿El sujetador? ¿las bragas? ¿sus características? ¿o qué?
Lacan pensaba que es que tiene que haber un elemento de la imagen para entender por qué se libidiniza eso y no otra cosa… Lacan partía de eso.
Así que por un lado es razonable decir que la imagen no es poca cosa. Pero como ese imaginario, el del ser parlante, no funciona como el de los animales, hay que pensar que el problema es que nuestro imaginario es algo fundamental para que se produzca el desencadenamiento pulsional -si lo quieren llamar más psicoanalíticamente. Ahora bien, el tema es que ese imaginario funciona como significantes. Eso es de la imagen al significante.
Lo que Lacan plantea con su esquema (los remito al post anterior o a la página 234 del Seminario 5) es que va desde la Urbild que constituye el yo y toda esa línea; pero cada identificación va teniendo nombres distintos.
En el plano del yo es como si hicieran un curriculum, o de lo que hubieran querido ser. Que alguien diga por ejemplo » Me acuerdo que yo quería ser azafata». Dicho así es bastante frío, distante, pero cuando yo decía «azafata», me imaginaba con el traje, el maquillaje, el viajar, ser libre…» -Y cómo sigue la fantasía?. –¿Para qué? Al final era para conquistar el corazón de algún piloto…»
Pero se ve que la imagen parece muy importante, no sólo la frase fría como se escribe en el curriculum: azafata.Por eso es un rasgo puramente simbólico. Bien, pero eso se conecta con imágenes, por eso se llama ideal.
El ideal podríamos decir que es lo más simbólico posible, sería «lo azafata». Pero como ideal del yo me tiene que permitir una imagen que yo pueda investir. Esa era la manera de entender la cuestión. En ese sentido era un esquema de lo libidinal, del goce. Era la idea de que esto había que estudiarlo por su intervención en la imagen, pero que todo esto estaba comandado, fragmentado, nombrado por el significante.
FUNTE: LACAN, JACQUES. EL SEMINARIO DE JACQUES LACAN, LIBRO 5, LAS FORMACIONES DEL INCONSCIENTE. ED. PAIDÓS.