Significante y Letra
Siguiendo el curso de Miller, «Piezas sueltas», nos encontramos con esta escisión que plantea, en la enseñanza de Lacan, del significante y la letra, y nos hace este esquema:
ESCICIÓN
Significante Letra
Síntoma Sinthome
Este esquema nos lo hace después de plantear esta dicotomía (los remito al post anterior) entre el significante y la letra, cuestión que Lacan va preparando en su escrito (publicado en «Otros Escritos») «Lituratierra». Tal dicotomía, tal escisión se traduce en la clínica, obligándonos a diferenciar dos modalidades de síntoma:el síntoma freudiano del síntoma joyceano.
Veamos de qué se trata todo esto.
Lacan iba avanzando en su enseñanza, retomando el inconsciente freudiano, examinándolo, verificándolo, y esto él lo llamó el reverso del psicoanálisis. Es decir, el reverso es el inconsciente freudiano. Sin embargo, avanzada su enseñanza Lacan se percató de los límites del inconsciente freudiano. Y de esta dificultad, que podría ser considerada como ago desesperanzados para los analistas, Lacan hizo, inventó algo nuevo: el sinthome.
Podemos decir que el inconsciente freudiano es ese que se lee, que se puede descifrar, es susceptible de interpretación. Es el inconsciente estructurado como un lenguaje, axioma lacaniano de inicios de su enseñanza. Esto Lacan lo explicó de muchísimas maneras porque parecía que no se terminaba de entender qué era lo que quería decir Lacan con esto. Incluso en su texto «El atolondradicho», publicado también en «Otros Escritos» dirá que es un lenguaje que solo puede ser ordenado como discurso (tal como lo plantea en su Seminario 17, «El reverso del psicoanálisis») en un análisis. Y también dijo que «el inconsciente es el discurso del Otro» (tomando aquí «discurso» como comunicación)
En esa estructura de lenguaje Lacan articuló al significante que se da a leer; es decir, una estructura que no usa el otro modo de lo escrito. El significante está destinado a significar, y además, dice Lacan, puede significar cualquier cosa. Esta es una propiedad del significante en su relación con el significado, con el cual no está casado…
En un psicoanálisis esto se verifica todo el tiempo, y también podemos situarlo a partir del síntoma, a partir de la multivocidad del síntoma. Si tomamos al síntoma de esta manera, podremos captar por qué el significante es un semblante, y por qué el inconsciente tiene sus artificios.
Esto en determinado momento desconcertó a Freud: que el inocnsicnete pueda mentir. Tenemos el caso de la «joven homosexual», en el que Feud verifica que el inconsciente no siempre «juega limpio» – es más, nunca lo hace. Y se dio cuenta de las contradicciones del inconsciente.
El escrito lacaniano del que les hablé, «Lioturatierra», es una especia de repuesta al escrito «La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud», escrito éste que reduce la letra al significante. En «Lituratierra» Lacan distingue la letra (que no es semblante) del significante (en tanto semblante)
Si decimos que la letra es más bien unilateral, es siempre la misma, aproximamos la letra a lo real.
FUENTE: MILLER, JACQUES-ALAIN. «PIEZAS SUELTAS. LOS CURSOS PSICOANALITICOS DE JACQUES-ALAIN MILLER» ED. PAIDÓS