El pago
Otras cuestiones que atraviesan la experiencia psicoanalítica tiene que ver con el silencio, el diván y el pago…
* El silencio
El silencio del analista lacaniano ortodoxo es todo un mito, que no digo que no tenga sus razones. Pasa como todo, en la enseñanza de Lacan: si lo tomamos tan a la letra, nos tenemos que quedar mudos, porque una vez dijo Lacan “no responder a la demanda”, entonces los analistas si el paciente le preguntaba cualquier cosa, no respondían… Es toda una caricatura y un prejuicio.
Claro que el silencio a veces habilita a que aparezca una verdad, o una revelación, cuando un paciente dice algo, o pregunta algo, el silencio opera en sí mismo como una interpretación.
O el silencio, como testimonian en el film implica un respeto, un no precipitarse a la palabra del paciente… Hay veces que el analista debe ser paciente en este sentido… Y dejar la respuesta en suspenso…
Luego va en los estilos de cada analista; siempre y cuando no se pierda en su orientación hacia dónde se dirige con sus palabras o sus silencios, a mi entender, queda en estilos… Eso es caso por caso, como nos manejamos en psicoanálisis.
* El diván
Particularmente, el diván es un elemento introducido por Freud, sin duda, y que a mi entender es un elemento indispensable en el consultorio de un analista, más allá de que lo use o no…de hecho la apuesta es esa: usarlo.
¿Cuándo se acuesta un paciente en el diván? ¿Es ni bien llega, a la semana, a las 2 semanas? Bueno, tampoco hay reglas para eso… cada analista lo utiliza… creo que forma parte del tratamiento en un pscioanálisis…
Para otros no es necesario el diván, eso también dice algo, y entra en el análisis mismo.
*El pago
Ay, el dinero!! Es muy bueno lo que dice en el film uno de los entrevistados, que es muy ingenioso el “invento” de que el análisis hay que pagarlo…
Por eso me interesó el estilo del analista que no pone de antemano él un precio, sino que pregunta al paciente cuánto está dispuesto a pagar.
Es también parte fundamental del psicoanálisis que circule dinero, el manejo del dinero es un elemento más, que entra en el análisis. ¡Y también Freud decía que ese era un trabajo!
Ahora bien, aquí también hay que ver caso por caso, porque el análisis se paga, inevitablemente tiene que haber un pago; lo «caro» o lo «barato» depende de para quién y para qué posición subjetiva. Y eso es un acto que tendrá que hacer el analista.
De hecho, como dice Lacan, el paciente no es el único que paga; el analista también paga.
paga con su persona, es decir, que la tiene que dejar fuera del dispositivo; paga con palabras, con sus interpretaciones, en tanto al estar enmarcadas en la transferencia, esas palabras, esas interpretaciones tienen efectos y hay que hacerse cargo de eso. Y paga con un juicio, dejando sus prejuicios de lado, el analista no juzga al paciente, en todo caso, no juzga conductas, sino que en todo caso, sitúa en el discurso del apciente la posición que el sujeto tiene en lo que está contando.
Hasta aquí mis apreciaciones sobre el film «La primera sesión» de Gérard Miller.