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Formación del analista y situación del psicoanálisis

Publicado por Betina Ganim

fcion y campo

La formación del analista, claro, en la década del «50 no ha de ser la misma que tenemos que pensar para este siglo. Eso queda reflejado ya en numerosos artículos escritos por muchos autores psicoanalistas, ya desde inicios de este siglo. Textos que habría que revisar y releer. Pero textos en donde A Partla orientación es clara: lo real. A partir de cierto momento, podemos decir, pasamos a estar orientados no por lo simbólico (que no debe abandonarse) sino por lo real.

Pero antes de ir a esas referencias me detuve en este escrito, en cuyo epígrafe ya Lacan ironiza con el objeto de su dedicatoria: «para algunos…»y a otros». Esto que dice Lacan, el traductor con certeza lo traduce como «a otro perro con ese hueso».

En este texto Lacan separa por una parte la situación del psicoanálisis de la formación del analista, y dice que la atención debe centrarse en la situación del psicoanálisis más que en los analistas, ya que, como sostiene Lacan allí, es el psicoanálisis el que decide la calidad del analista.

Así, habla de ciertos conceptos psicoanalíticos, abordados más bien con una orientación particular: desde lo imaginario, fundamentalmente en lo que hace a la relación analítica en términos duales: frustración, transferencia, resistencia…

Lacan dice que en el análisis hay una situación real, que la encontramos en la obra de Freud, aunque luego se la haya llamado «frustración». Lacan dice que si buscamos en toda su obra este concepto, tenemos el de «Versagung», que nos lleva más bien a la cuestión de la «renunciación». Y este concepto se diferencia del anterior por lo mismo que se diferencia lo simbólico de lo real. Algo central en cuanto a lo que Freud introduce: lo simbólico. Algo que Lacan parece cuestionar; que se ha olvidado eso.

Lacan sostiene en este momento de su enseñanza que en la situación analítica lo importante es la relación significante que allí se establece. O en todo caso, como dice Lacan aquí: el significante que se capta en una «relación analítica».

No está de más señalar que éste que habla es el «primer Lacan», podemos decir. El lacan cuya novedad fue introducir una terceridad (simbólica/significante) en esa relación dual(imaginaria-real) en al que se constituía la situación analítica. Aquí es donde se concentra su crítica a los «postfreudianos», diciendo básicamente que en sus teorizaciones no se remitían a Freud…

Freud introdujo la «atención flotante» como la maniobra analítica por excelencia que corresponde a la «regla fundamental», la introducción de la regla analítica en un paciente, la única regla que existe: diga todo lo que se le ocurra sin juzgar…

Es como si Lacan se preguntara ¿entonces no leyeron en Freud que con estos preceptos de su teoría, él indicaba que allí el papel fundamental de la palabra se le daba al sujeto? ¿Que lo que importaba era la palabra del paciente y no la del terapeuta-pedagogo? ¿No llegan a leer que en lo que Freud indica e investiga es que allí el paciente no viene a ver a la persona del analista sino a vérselas con el Otro, con sus propios significantes?

FUENTE: LACAN, JACQUES «Situación del psicoanálisis y formación del psicoanalista en 1956». Escritos 1. Editorial Siglo XXI.