¿Histeria sin Padre?
Después de un receso vacacional en mi amada tierra, Argentina, vuelvo aún con más ganas de escribir; con más ganas de transmitir temas como siempre vinculados al psicoanálisis de orientación lacaniana. Esta vez será partiendo del honor que tuve de recibir un libro de reciente edición en Buenos Aires, que me regaló uno de mis maestros, Juan Carlos Indart. Es desde allí que abordaré el tema de la histeria sin el padre. ¿De qué se trata esto?
Vayamos por partes.
Ya hace como diez años, fue publicado un libro que para mí y muchos de mi «generación» fue un libro de referencia, del cual les he transmitido en este mismo blog algunas cuestiones. El libro del que les hablo es «Histeria: triángulo, discurso, nudo». Allí se indagó todos los saberes relacionadas a la histeria, como el título lo dice, en relación al triángulo histérico, al discurso histérico, y al nudo…
Este trabajo se hizo en torno a las elucubraciones hechas a partir de la sustitución del discurso del Amo por el Discurso Universitario. Especialmente, a lo que se referían los textos de aquel libro era a las mujeres y a la clínica actual; una clínica que parecía estar más relacionada a la frustración que a la castración freudiana.
Ahora, en este libro que tengo en mis manos, y que para mí será la referencia teórica básica de aquí en más en el estudio y tratamiento de este tema, se trata de seguir aquellos mismos síntomas, pero teniendo una nueva noción de «histeria»: la histeria sin padre, sin el Nombre del padre como referencia. Esto nos lleva sin dudas a la última enseñanza de Lacan y a pensar cómo incide en la práctica clínica.
Se trabajan expresiones tales como «histeria perfecta», «histeria incompleta» o «histeria rígida», expresiones que son discutidas allí, en unas de esas Noches de conversación en la Escuela (Escuela de Orientación Lacaniana, Buenos Aires, Argentina) que quedaron plasmadas en este libro. Luego se discutieron casos clínicos, que llevan a preguntarnos cómo no considerar que hoy en día hay síntomas que hablan y no dejan de hablar, pero sin saber precisamente qué dicen…esperando que del lado del analista se reinventen las intervenciones, que se reconfigure su posición, una posición que prescinda del Nombre del Padre… ¿Es posible? Pues bien, eso veremos en los posts que siguen.
De momento, preguntémonos ¿Cómo hablar de histeria sin Padre? En este caso, entonces ¿no estamos hablando de psicosis? Porque sabemos que el psicoanálisis surge de la histeria misma…Bien, la idea es poner esto en discusión, para ubicarnos en una nueva perspectiva del psicoanálisis, algo que supone un cambio radical, un cambio del que -en tanto analistas- tenemos que estar advertidos. Pero nadie dice que esto sea fácil, porque teniendo nuevos conceptos se pueden cambiar los fundamentos de nuestra práctica…Lo que nos dice Indart es que este cambio de perspectiva es tan radical que nos resulta difícil orientarnos. Se trata más bien de un cambio de perspectiva que cada analista, en su soledad, puede iniciar en su clínica para luego compartir los efectos con la comunidad analítica.
FUENTE: Indart, J.C. De la histeria sin Nombre del Padre I. Ed. Grama