La Negación
El contenido del inconsciente reprimido puede a veces acceder a la conciencia pero solamente si al mismo tiempo son negados.
Alguien nos puede decir durante el proceso terapéutico: -«Lo que le voy a decir tal vez lo ofenda pero crea que no es mi intención».
Es como una válvula de escape de lo reprimido pero de ninguna manera constituye su aceptación emocional.
Se produce de esta manera una disociación de la función intelectual y del afecto. La negación por lo tanto, logra de esta manera, mantener en el inconsciente lo reprimido.
No es que el sujeto intelectualmente no sepa sus problemas sino que lo que se mantiene es lo esencial de la represión, que es la emoción ligada al contenido.
Por eso Freud señalaba que es inútil decirle a un paciente qué es lo que le pasa desde el vamos, ya que el analista lo detecta desde el primer momento; porque aunque lo sepa, no puede aceptarlo afectivamente y continuará con su neurosis.
En el relato de sus sueños, es común que el soñante niegue por ejemplo que el personaje que aparece sea su madre, aunque resulte más que evidente.
Sin embargo la persona puede apresurarse a aclarar que no se trata de ella si el terapeuta se lo pregunta.
La interpretación requiere prescindir de la negación y tomar solamente el estricto contenido de las asociaciones, como si hubiera dicho:- “Efectivamente es mi madre pero no me agrada hacer esa asociación”, o sea que en este proceso se niega lo que disgusta, y debido al severo juicio que niega se logra la liberación intelectual de lo reprimido.
El juicio debe decidir afirmar o negar una realidad ya sea buena o mala adoptando el mismo comportamiento que tiene el yo arcaico que se rige por el principio de placer tratando de incorporar lo bueno y expulsando lo malo.
Mediante el juicio se eligen los movimientos a seguir y que dan lugar a la acción y hace posible salir del aplazamiento.
El yo ha aprendido a descargar con sumo cuidado y de a poco el contenido psíquico. Este aprendizaje lo obtuvo a través de la percepción de las sensaciones. Pero la percepción no es un proceso pasivo sino selectivo.
La negación pertenece al instinto de destrucción o Thánatos mientras la afirmación es el instinto de unión y corresponde al Eros.
El juicio es posible gracias al símbolo de la negación que le da al pensamiento cierta independencia de lo reprimido y al impulso hacia el placer.
La negación proviene del yo y nunca del inconsciente que no posee fórmulas negativas.
Las palabras del paciente durante el análisis suelen ser muy reveladores y una prueba contundente del descubrimiento del contenido inconsciente es cuando el analizado le dice a su terapeuta “Nunca pensé en eso que usted dice”.
Las asociaciones espontáneas de los pacientes son las que dan lugar a observaciones muy ilustrativas y a veces, todo aquello que a los analizados les parece menos creíble y más ajeno a ellos termina siendo la más pura verdad.
En el caso de los neuróticos obsesivos suele ocurrir algo parecido una vez que ya se ha comenzado con el proceso de comprensión de sus síntomas, cuando dicen por ejemplo: -“Se me ocurre una nueva idea obsesiva y al mismo tiempo pienso que puede tener tal o cual significado, pero eso no puede ser posible porque de ser así no lo hubiera pensado.” De esta manera el sujeto rechaza los pensamientos surgidos del proceso terapéutico.
Obras Completas de Sigmund Freud, Tomo III, Editorial Biblioteca Nueva, Madrid, España, 1973