La satisfacción en el chiste
¿De qué se trata en el chiste? El psicoanálisis nos da una teoría. Ya con Freud y en su «Psicopatolgía de la vida cotidiana» tenemos una primera referencia sobre qué es lo que ocurre en el chiste, cuál es la dimensión en juego.
Lacan retoma esta cuestión en el seminario 5, Las formaciones del inconsciente, esta vez a propósito del Nombre del Padre, de ese significante especial, que no da cuenta de ninguna teoría del origen, sino que más bien su importancia crucial en la estructura es si está o no está. Si está presenta o está forcluido.
Podemos decir que Lacan en dicho Seminario (1957-1958) vuelve a lo que más le interesaba en relación al grafo que llamó «grafo del deseo». Y vuelve a este esquema a partir del análisis del chiste, que es como decir poco ¡pero es mucho como prueba!: El chiste, si hablamos de satisfacción, nos probaría que -sea lo que sea eso- ocurre en el plano de la demanda y de lo que escucha el Otro.
Es decir, las repeticiones, las quejas, los sufrimientos y la insatisfacción, asícomo las peleas con el otro, etc., lo leemos más bien de un lado de la insatisfacción. Al chiste lo ubicamos del lado de la satisfacción.
Porque el chiste ¿qué magia tiene en la relación con el otro, que a diferencia de otros fenómenos, parece tocar un punto de satisfacción que va más allá de lo que sería la satisfacción de la demanda? Justamente porque la demanda no se satisface….
Es así que justo en ese campo que decimos que a partir del significante se introduce un deseo, por un lado, como inevitablemente insatisfecho. Nada del significante está hecho sino para justamente impedir cualquier buen entendimiento en este plano.
Vemos hasta qué punto -si se espera algo del orden de la satisfacción- está realmente en un plano inconsciente; porque la satisfacción en un chiste se puede verificar que se ha producido por un quiebre total de todo lo que uno espera con el Otro a nivel de la demanda. Y Lacan se ha esforzado por situarnos en ese punto.
Ha hecho surgir en la relación con el Otro algo que evidentemente está ahí como la única condición necesaria para que haya satisfacción. Y siempre eso es más allá de lo que dijiste y más allá de lo que yo entendí que dijiste, etc. El malentendido.
El tema de la ganancia de placer que Freud piensa en el chiste es bastante difícil de entender si no situamos otro plano, tal como Lacan lo hace en su segundo piso del grado del deseo. Claro que no es lo mismo que pensar una teoría del goce y del placer en la pulsión, por ejemplo. Porque por lo menos ahí tenemos una teoría con un objeto, lo podemos llamar objeto ausente, objeto ‘a’, y podemos tratar de pensar que es el movimiento alrededor de un objeto lo que causa una satisfacción.
Pero en el chiste ¿de qué se ríen? No es tan fácil.
Entonces acá a Lacan este ejemplo le servía para dar cuenta de que toda tendencia que proviene del cuerpo queda atrapada por la cadena significante. A partir de entonces, todo lo que hubiese sido satisfacción instintiva, propia de la necesidad, tiene que pasar por la demanda, por pedir, por el empleo fundamental del significante en la demanda. Otro tema.
FUENTE: LACAN, J. El Seminario, Libro 5 «Las formaciones del inconsciente»