Neutralidad y deseo del analista
Hoy voy a situar algunos puntos en relación a un binario interesante, que contempla «neutralidad» y «deseo del analista», más allá de tomarlos como conceptos antagónicos u opuestos. También es interesante este binario para pensarlo clínicamente.
Si tomamos el costado de oposición entre ambos, tengo que decir que es esta una discusión «antigua» en psicoanálisis, clásica si prefieren. Tenemos un primer desarrollo en Sándor Ferenczi, quien plantea esta cuestión de modo extenso, por lo que él mismo había inaugurado como técnica: la técnica activa. De este debate tenemos como ejemplo que él no habla de «deseo del analista», sino de «tacto». Lo que ocurre es que Ferenczi le da al «tacto» del analista una significancia relativa al «sentir» del analista. Esta cuestión del «sentir» está claramente de dejada a un lado en la enseñanza de Lacan respecto a la posición del analista en la cura. No se trata de los sentimientos del analista justamente…
Hay un texto de Sándor Fereczi en el que habla de la elasticidad de la técnica del psiconaálisis del que se puede extraer mucho sobre esta cuestión sobre la posición del analista y lo que luego se le dio el nombre de «encuadre».
En este texto Ferenczi acentúa la «actividad del analista», y cunado habla de «tacto» más bien se refiere a consejos técnicos «positivos (ya que los aspectos técnicos freudianos eran más bien «negativos», en el sentido de transmitir qué es lo que no hay que hacer (algo que es dificil de entender cuando se quiere tener a toda costa consejos y recomendaciones técnicas del qué y el cómo?
Fernczi plantea en ese texto su convencimiento pleno de que toda la cuestión se reduce al tacto psicológico del psicólogo: cuando y cómo preguntar, cuando y cómo comunicarle al paciente determinadas cuestiones, cuándo se considera que el material que proporciona el paciente es sufciciente como para hacer alguna interpretación, etc…
Es decir que Ferenczi allí se centra más bien en dar indicaciones de qué hacer una especie de manual de procedimiento.
El problema que implica la neutralidad versus el deseo del analista es planteado por Lacan a partir de tomar a unas analistas inglesas: Ella Sharpe y Margaret Little, quienes comienzan a poner en cuestión la neutralidad benevolente que producía como efecto el dispositivo analítico.
Por ejemplo, Lacan ya en su Semianrio 1 nos dice que no significa que el analista no tenga sentimientos, el tema es que no opere desde allí…Debe más bien ponerlos en su lugar, en eso consiste la neutralidad, y en eso tenemos un primer paso para lo que luego llamará «deseo del analista», que no se trata (como ya remarqué varias veces en este blog)de querer al paciente…
Claro que existe el peligro de «mal entender» de qué se tarta la neutralidad, en el sentido de que tomar esto como un no actuar por parte del analista, llevaría entonces a pensar que el analista es esa caricatura de analista mudo, que no dice, no interviene, no puntúa…
Entonces esta oposición se vuelve una unión cuando hablamos de la interpretación: la noción de neutralidad va bien cuando implica una posición correspondiente a una clínica de la interpretación.
FUENTE: SUAREZ, E. Revista La Cita, núumero 4.