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Orientación clínica

Publicado por Betina Ganim

cadena simb

Retomando la viñeta clínica que les presenté el post anterior, podemos hipotetizar qué orientación nos lleva a lo que llamamos ese punto 3 en un tratamiento (los remito a posts anteriores para revisar esta cuestión) porque tenemos cambios en la vida cotidiana de ese sujeto, en tanto mientras va avanzando en su análisis, el sujeto hace una serie de modificaciones en base a ciertas decisiones que puede tomar, etc.

Teniendo una idea clínica precisa, este camino se recorre, pero siempre tiene ese desdoblamiento; ese punto desde el cual no puede dejar de responder ante cualquier improvisto.

Porque una cosa es que, ante un determinado imprevisto se desarrolle una neurosis que dure tres o cuatro meses, una rumiación excesiva respecto de ese imprevisto, hasta que se encuentre una salida. Y otra cosa es reducir eso que reconoce, y por ejemplo relate que un día el portero de su edificio lo increpó diciéndole que no había pagado las expensas, cuestión por la que el paciente estaba furioso relatando lo sucedido. Él dice estar seguro que pagó, pero que su mujer… Entonces de a poco, por repetición de los recorridos, se va dando cuenta de un mismo ciclo, de cómo se arma su propio ciclo ante estas cuestiones imprevistas.

El paciente comienza a darse cuenta de que primero viene el ataque de furia, luego viene la queja contra la estupidez y las distracciones sucesivas de su esposa, y al final se tiene que «hacer cargo» de que siempre lo terminan chantajeando, y él ya ha visto en su análisis que en ese punto debería dejarle la responsabilidad al otro, delegar… El tema es que es en ese punto done encuentra su impotencia: no puede, entonces se termina haciendo cargo él de todo eso.

Al fin y al cabo, es lo mismo que se repite de su neurosis infantil, con el padre, con la madre…

En fin, hay recorridos que son muy largos, el recorrido más freudiano, si se quiere, del Edipo, con todas las historias del sujeto de lo que fue su lugar en el Complejo, las rivalidades con sus hermanos, etc.

La idea es cómo -y en eso la enseñanza de Lacan respecto de las estructuras clínicas es fundamental- tener las coordenadas de alrededor de qué punto fijo gira la elección y la construcción de la respuesta neurótica.

El analista tiene que tener ahí una dirección monótona, y que para lo cual la estructura clínica en este punto es fundamental, por lo menos para ubicar la modalidad de respuesta de cada sujeto ante la pregunta por el deseo del Otro; su modalidad de respuesta, singular, por supuesto. Pero hay que rastrearla. Y es algo en lo que muchos analistas se pierden, porque si no se tiene esto, las secuencias comienzan a desdibujarse. Porque si uno piensa que de a ratos un paciente es histérico y un rato es obsesivo, se plantea la cuestión por el fenómeno, y cuesta luego ir al carozo, al hueso de esa respuesta singular, que es a lo que apuntamos.

Entonces, los recorridos pueden ser larguísimos. La cuestión es la orientación, como siempre sostengo. La orientación clínica que nos da la formación.

FUENTE: INDART, J.C. «La lógica de la cura» Seminario 1993