Padre simbólico y metáfora paterna
Vemos que en la clase IX del Seminario 5 (Las formaciones del inconsciente) Lacan va armando un cuadro (privación-frustración-castración) y llega a un impasse respecto del padre, podríamos decir. Llega a la cuestión del padre simbólico.
Empieza a rever lo que había planteado ya en el seminario anterior (Libro 4, Las relaciones de objeto) pero saliendo del cuadro y volviendo a mencionar lo que había dejado de enigmático en dicho seminario, que era el padre simbólico, lo que anticipamos aquí en el Seminario 5, hablando del Nombre del Padre.
Sólo que en este Seminario trae la novedad –lo que podría decirse que funciona como una metáfora- de que es isomorfo a la operación significante metafórica.
Mientras tanto, para ver esta dificultad, ya estaba previsto que hay un residuo – por cómodo que haya sido la situación para las mujeres- en este orden, y vemos lo profundamente defensoras que pueden ser de este orden y del padre, etc., y en sus carencias, en sus faltas, etc. Me refiero a un residuo del orden simbólico.
Freud mismo sostiene que hay un residuo de algo que no funciona en las mujeres, y que es lo del Penisneid (la envidia del pene)
Pero ¿qué tenemos del lado de los varones? Esto está reflejado por ejemplo en varias películas que abordan estos temas: cuando funciona bien o funciona al máximo la cuestión del Amo, del Padre, situaciones en las que se plantean las relaciones padre-hijo, siempre con un clima final de felicidad por el sacrificio que él, el hijo varón, tiene que hacer por la locura del padre que insiste en el linaje, etc. Tenemos entonces esos temas que le dan toda la fuerza a la transmisión padre-hijo, y van a ver siempre la temática que Freud vio como Edipo invertido, más o menos sublimada, como quieran, pero está siempre.
Y le podrán poner al personaje siempre una mujer, que resulta que estuvo tan bien que ella estuviera separada de ese hijo, y que bastantes años después vuelve a ver con horror cómo el hijo se sacrifica por ese ideal paterno…
La cuestión es que no se le puede fallar al ideal del padre y se enrola en la mili, y La madre hace unas últimas angustias, pero hay que separarse de mamá…
Es muy importante ese punto para Lacan en tanto le va a servir para decir que no estaría mal poder ir un poco más allá del Edipo. Porque eso que él dice, en definitiva. Que aquí hay algo de estructura -que puede ser a veces más desastroso y a veces menos, y que es el lado de contradicción, de paradoja, del lado del varón.
Ya lo vemos al nivel de las grandes religiones del padre – tomemos a Cristo nomás- hay siempre una relación, una dimensión de muerte.
Entonces aquí vamos a retomar, en el Seminario 5, todo desde el punto de vista del padre simbólico con la novedad de poder pensarlo como una sustitución significante. Es la operación misma ahí: Padre. Es mucho decir «metáfora» esa novedad que él trae.
FUENTE: LACAN, Jacques. El Seminario de Jacques Lacan. Libro 5, Las formaciones el inconsciente. Ed. Paidós.