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Salud (mental) laboral

Publicado por María Gómez

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Todo el mundo busca tener una calidad de vida al menos aceptable.  Es un parámetro que  depende de varios factores.  Uno de ellos es el factor laboral.  Pasamos mucho tiempo de nuestra vida en el trabajo y sentir un gran malestar con el desempeño de nuestras tareas,  por el ambiente hostil en el que trabajamos o por las presiones a las que estamos sometidos,  puede mermar sustancialmente nuestra percepción sobre la calidad de nuestra vida.

En efecto, la salud laboral mental es determinante para nuestro bienestar. Si no se atienden a tiempo los problemas laborales no es descabellado afirmar que, tarde o temprano, llegarán los trastornos psicológicos.

El ser humano necesita trabajar de tal manera que se produzca un ajuste entre su habilidad cognitiva y los requerimientos de la tarea a realizar. Trabajar también significa activar el pensamiento y procesar la experiencia, además de articular las emociones y sobrellevar saludablemente las cargas tanto mentales como materiales.

Aunque lo más probable es que todos los trabajos aunque se ajusten plenamente a las necesidades del individuo, llevan asociado un nivel de ansiedad y una insatisfacción inherentes. Resulta casi imposible que todos los aspectos relacionados con la carga global de trabajo sean percibidos como satisfactorios. Por tanto, será preciso valorar aspectos tales como el entorno ambiental, las condiciones de trabajo, las exigencias del puesto y el ambiente socio-laboral reinante.

En el momento que alguno se descompensa tanto como para interferir en la vida del individuo, es preciso actuar. Habrá que introducir cambios o bien desde la organización, o bien desde el trabajador, aunque lo ideal es que ambos eslabones realizaran un trabajo simultáneo.

Personas que trabajan bajo un sufrimiento laboral dedicarán gran parte de su energía a buscar estrategias de defensa, disminuyendo su concentración y repercutiendo claramente en su rendimiento.

Estamos ante un problema global, que afecta a todos y del que todos los elementos del engranaje son responsables. El camino para estar preparados consiste en disponer de una batería de herramientas efectivas a tal fin. Así, la prevención se postula como el gran escudo. Crear organizaciones implicadas con el bienestar de sus trabajadores, a la vez que educar a las personas en inteligencia emocional y gestión de las frustraciones, darán como resultado sociedades sanas.

Si sientes que algo no marcha bien en relación a tu trabajo, no dejes que esta perturbación invada poco a poco tu vida. Ponle remedio cuanto antes, reconociendo el problema, realizando un análisis pormenorizado de todas la variables (incluido tú mismo) y buscando tantos apoyos y recursos como te sean posibles.

La realidad es que la salud laboral se ocupa preferentemente de los riesgo físicos en detrimento de los riesgos psicosociales del trabajo a pesar de que éstos suelen ser tan perjudiciales y peligrosos como los primeros. Sin embargo, está comprobado que el apoyo social en el entrono laboral por parte de todos los estamentos, es una pieza clave en la mejora del sistema. Una buena forma de colaborar en este empeño es empezar por uno mismo.